Una filósofa en el exilio, María Zambrano (1904-1991)
Por Sandra
@sandraferrerv
María Zambrano brilló con luz propia entre los nombres de las letras españolas más importantes de su tiempo, entre ellos, Antonio Machado, amigo de su padre, y Ortega y Gasset, su gran mentor. Amante de las letras, María Zambrano redactó un amplio número de obras filosóficas, poéticas y autobiográficas mientras fue protagonista de la caída de la república y el inicio de la Guerra Civil española. En los largos años de exilio, María no dejó su gran pasión. Conferencias, cursos y escritos de profundos pensamientos la convirtieron en una de las eruditas más relevantes del siglo XX.
Profesora hija de maestros
María Zambrano Alarcón nació el 22 de abril de 1904 en la localidad malagueña de Vélez - Málaga. María era la primogénita de Blas Zambrano y Araceli Alarcón, ambos dedicados a la enseñanza. Después de vivir un año en Madrid, María y su familia se trasladaron a Segovia en 1909 donde su padre había conseguido una cátedra de gramática en la escuela de maestros de la ciudad. Fue en su ciudad de adopción donde conoció a Antonio Machado, amigo personal de su padre con el que pasaba largas veladas.
María empezó sus estudios de bachillerato en 1913 en el Instituto de Segovia. Cuando terminó esta etapa educativa, la joven decidió trasladarse a Madrid en 1921 para matricularse por libre en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Madrid. Empezaba entonces una vida intelectual que la llevaría a conocer a grandes nombres como Ortega y Gasset, Luis Cernuda o Camilo José Cela. Mientras preparaba su tesis doctoral, La salvación del individuo en Spinoza, María fue trabajando como profesora en la Universidad Central y el Instituto Cervantes. Trabajadora incansable y cercana a los movimientos afines a las ideas republicanas, María empezó a escribir artículos en distintas revistas en 1928. Dos años después se publicaba su primer libro, Horizonte del liberalismo.
Un largo exilio
María Zambrano se casaba el 14 de septiembre de 1936 con el historiador Alfonso Rodríguez Aldave. Poco después de contraer matrimonio, la pareja se marchó a vivir a Chile donde Alfonso había sido designado secretario de la embajada de España. Pero su estancia en Chile duró tan sólo un año.
En 1937, María y Alfonso regresaron a España para ayudar a los republicanos que luchaban en la Guerra Civil. Nombrada Consejera de Propaganda y Consejera Nacional de la Infancia Evacuada, María luchó por ayudar en todo lo que pudo hasta que inició su largo camino hacia un exilio que la llevarían a vivir en Europa y América. Desde 1939 hasta 1984, María Zambrano vivió en Francia, Italia, Cuba, Puerto Rico, dedicada a la escritura de su amplia obra y a dar cursos y conferencias.
Durante aquellos años escribió obras importantes como Los intelectuales en el drama de España, Filosofía y poesía, La confesión o Hacia un saber del alma. Su trabajo literario y filosófico continuó con El hombre y lo divino y Claros del bosque. María Zambrano de dejó nunca de escribir. Sus últimas obras fueron De la Aurora, Notas de un método o Los Bienaventurados.
Una obra reconocida
La extensa obra de María Zambrano fue reconocida con muchos galardones, entre los que destacan el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades otorgado en 1981 o el premio Cervantes concedido siete años después.
María Zambrano fallecía en Madrid el 6 de febrero de 1991. Sus restos mortales descansan en su ciudad natal.
Su obra
Obras completas (Varios volúmenes)
María Zambrano
Si quieres leer sobre ella
http://www.fundacionmariazambrano.org/