Al costado del puente en el terraplén encontré una garcita blanca (Egretta thula) solitaria que estaba muy concentrada viendo si pasaban posibles presas, en este caso peces pequeños como mojarras o panzuditos.
Para mi objetivo que era fotografiarla el ave se portó muy bien porque parecía no prestarme atención o darse cuenta de que me iba acercando sigilosamente, llegué a estar a menos de 5 metros sin ningún camuflaje. Busqué posicionarme lo mejor que pude a favor del sol y lo logré en buena medida; finalmente me acerqué tanto que el ave se incomodó un poco hasta que se fue volando a una decena de metros de distancia.