El siglo XX fue el siglo del Estado y la historia de ese sigo demostró lo que esos estados poderosos y sin control saben hacer. Los tres estados más fuertes del siglo fueron el comunista, el nazi y el fascista. Los tres sembraron el mundo de dolor y cadáveres, pero el comunismo fue el peor porque él sólo mato a mas gente que el resto de las tiranías del siglo: mas de cien millones de cadáveres. Tanto los comunistas como los nazis y los fascistas decían algo parecido a lo que dicen Iglesias, Sánchez y Borrel, que la solución es un Estado fuerte que sea capaz de solucionar los problemas del ciudadano. Mentira porque la Historia ha demostrado que esos estados fuertes hipertrofiados lo que saben hacer bien es esclavizar y fabricar pobres y cadáveres.
Para que el mundo cambie tienen que cambiar las personas. Los grandes cambios de la Historia los provocaron las religiones, no los gobiernos. El cristianismo cambió el mundo romano y fabricó a gente generosa que era capaz de amar a sus enemigos. El Islám transformó a a las tribus beduinas y conquistó el mundo para mostrar la grandeza de su Dios Alá. Pero ¿Que han cambiado los políticos y las ideologías?. Las mas potentes del siglo XX, comunismo, nazismo y fascismo son hoy cadáveres derrotados y despreciados por los propios pueblos que esas doctrinas querían redimir y que, por el contrario, aplastaron y asesinaron.
Esos mismos políticos que han utilizado el dinero público en reforzar su poder, en engordar un Estado que ya es insostenible y seboso, en promover conflictos y enfrentamientos, en dividir a los ciudadanos, en comprar voluntades, periodistas, jueces y medios de comunicación, en aprobar leyes inicuas, en prostituir la democracia y en utilizar la corrupción y la mentira como bases de sus programas de gobierno, merecen más sentarse ante el banquillo de los acusados y afrontar la cárcel que controlar un futuro que, por razones de salud y supervivencia, tiene que parecerse lo menos posible al presente que ellos nos han fabricado desde la bajeza.
Todos sabemos que el mundo tiene que cambiar después del coronavirus y que uno de los cambios fundamentales tiene que ser que las actuales clases políticas que dominan muchas sociedades del planeta, basadas en un poder sin control del gobierno, en estados intocables, en privilegios para los que gobiernan y en basura para el pueblo, sean expulsadas y sustituidas por personas buenas y rectas, que sean ejemplares en lugar de piedras de corrupción y escándalo, que sirvan al pueblo en lugar de servirse de él y que sean decentes y virtuosos en lugar de torpes, egoístas, corruptos y sinvergüenzas. Pero esas clases políticas degeneradas y dañinas, que son las principales culpables de que el mundo sea hoy desigual, injusto, indecente y peligroso, quieren seguir controlando el futuro y su receta, como es lógico, es mas poder para ellos, mas privilegios para ellos y más esclavitud para los ciudadanos.
Esa conspiración de los peores ocupando palacios de gobierno, parlamento e instituciones del Estado, ese contubernio de fracasados que nos ha llevado hasta el desastre, de los que han construido un mundo insoportable y despreciable, debe ser detenida y nadie lo hará salvo la rebeldía de los ciudadanos libres y honrados.
Francisco Rubiales