Que pueda cautivarte la voz de una mujer...
Que todo sea tan intenso...
Los colores,
el sabor,
incluso la lluvia...
Dicen que busques lo que busques puedes encontrarlo aquí.
Dicen que cuando vienes a Vietnam entiendes muchas cosas en pocos minutos, pero el resto tienes que vivirlo.
No sé que hizo que me enamorase de Vietnam y que me arrepintiera tanto de haberlo abandonado. Que con el paso del tiempo la herida permaneciese abierta y el corazón me pidiera una y otra vez que regresara a aquel lugar. El lugar en el que había sido tan feliz.
Han pasado casi cuatro años desde aquel entonces y la oportunidad de regresar aparece ante mí. En seis meses estaré terminando mis estudios en Japón y debo decidir qué quiero hacer con mi vida. Trabajar, desde luego, pero no estaba seguro de querer permanecer en Japón. Tres años me parecen más que suficientes, el país está fenomenal para vivir... durante un tiempo, luego cansa. Soplan aires de cambio. Quizás haya llegado el momento de poner fin a ese sentimiento de nostalgia por Vietnam.
Pero no seré tan ingenuo de dejarme llevar por un simple capricho del corazón. Mi instinto me obliga a cerciorarme antes de que allí me espera algún futuro. Se acabaron los años locos de juventud, quiero empezar una carrera profesional y no tiene sentido regresar a Vietnam sino voy a poder trabajar en lo que me interesa. Para descubrir si esto es posible, viajé hasta Ho Chi Minh City el pasado mes de agosto con el objetivo de tantear las posibilidades de encontrar trabajo y comprobar si realmente volvería a sentirme cómodo viviendo allí.
Han sido tres semanas en las que además de hacer contactos y recabar información sobre el mercado laboral también he tenido tiempo de reconciliarme con mi pasado y he aprovechado para rememorar experiencias ya casi olvidadas y recuperar sensaciones que creía perdidas.
Ahora se trata de poner todas las cartas sobre la mesa y escoger la mejor elección.
Mejores perspectivas profesionales en Vietnam que en Japón
Tengo claro que quiero continuar en Asia una temporada para seguir cumpliendo una de mis aficiones, viajar, pero me da mucha pereza comenzar una nueva vida en un destino nuevo, por las dificultades que ello conlleva. Así que, después de darle muchas vueltas, mi elección se reduce a trabajar en Japón, donde he pasado los tres últimos años de mi vida, o trabajar en Vietnam, donde viví un año.
Las diferencias entre un país y el otro son notables: Japón es el país más desarrollado de Asia y Vietnam está en vías de desarrollo. A simple vista, puede parecer mucho más fácil encontrar trabajo en Japón que en Vietnam, pero la realidad que me he encontrado es distinta.
Lo intenté primero en Japón, y no hubo suerte. Siguiendo la tradición de los estudiantes de universidad, un año antes de terminar mis estudios empecé a buscar trabajo. Es lo que aquí se denomina 'Shushoku Katsudo' o 'Shukatsu'. Asistí a varias ferias de empleo en Tokio y me registré en seminarios para nuevos graduados (habitualmente conocidos como Pre-entry Seminar) de empresas consultoras internacionales. El resultado fue un fracaso, por varios motivos.
- En primer lugar, ya se trate de una empresa japonesa o de una empresa extranjera (tomemos como ejemplo cualquiera de las compañías Big Four), los negocios en Japón se hacen en japonés y requiere por tanto un nivel JLPT 2 o superior de conocimiento del idioma. Mi nivel de japonés no es tan avanzado y a falta de seis meses para que termine mi beca alcanzarlo exige demasiado esfuerzo por mi parte.
- En segundo lugar, los estudiantes internacionales deben competir con los estudiantes japoneses, que tienen el mismo grado de estudios universitarios, manejan el idioma a la perfección y además están acostumbrados a la cultura empresarial japonesa porque la sociedad los ha educado desde niños. Cuesta entender por tanto cuál es el valor añadido que aporta un trabajador extranjero recién graduado a una empresa japonesa, teniendo en cuenta que el inglés no se usa o apenas se usa en los negocios aquí.
En Vietnam, el escenario es completamente diferente.
- En primer lugar, la mentalidad empresarial es más abierta y flexible. El gobierno abrió las puertas a la inversión extranjera con el objetivo de contribuir al desarrollo del país y hay compañías internacionales operando en diferentes sectores. Con el fin de facilitar la comunicación con estas empresas el inglés se ha extendido como idioma en los negocios.
- En segundo lugar, la escasez de personal con conocimientos y habilidades técnicas favorece la contratación de extranjeros, ya que el sistema universitario por el momento no es capaz de satisfacer la demanda de ingenieros, arquitectos y muchos otros perfiles profesionales especializados.
El mayor inconveniente que presentaba Vietnam hasta hace poco es que el país se encontraba demasiado atrasado tecnológicamente y no existía demanda en determinados sectores como las nuevas tecnologías. Sin embargo, a día de hoy ya es posible. Recientemente se han abierto dos centros tecnológicos en Ho Chi Minh City, el Parque de Software Quang Trung y el Parque de Alta Tecnología de Saigón, y empiezar a haber demanda de ingenieros.
Mi sector es precisamente el de tecnologías de la información, especializado en Riesgos de la Información. Durante la última semana de mi estancia en Ho Chi Minh City conseguí una entrevista de trabajo informal con una consultora internacional. La persona que me entrevistó me dijo que mi perfil les parecía interesante porque en los próximos años se espera que haya cierta demanda de profesionales especializados en Riesgos de la Información. Buena parte de los clientes potenciales de estas consultoras son empresas internacionales operando en Vietnam, por lo que se exige un buen nivel de inglés, pero no hace falta saber vietnamita para trabajar en nuevas tecnologías. Resulta cuanto menos curioso que la sucursal de la misma consultora en Tokio rechazara mi solicitud de trabajo el pasado marzo porque este año 2012 no tenían previsto abrir el proceso de admisión para recién graduados, y en cualquier caso el nivel de japonés requerido era JLPT 2.
En definitiva, el idioma, una economía en crecimiento, la escasa competencia del mercado laboral y la demanda de determinados perfiles profesionales resultan en mi caso ser más favorables en Vietnam que en Japón, y estas son las principales razones que me han llevado a tomar la decisión de regresar a Vietnam para trabajar en abril del año que viene.
No obstante, además de la cuestión del trabajo existen también otros motivos personales que han influido en esta decisión.
Me siento más cómodo viviendo en Saigón que en Tokio
Ho Chi Minh City es una metrópoli con 7.500.000 de habitantes. A priori puede parece una gran urbe pero en la práctica los expatriados normalmente se mueven por los distritos del centro, lo que hoy en día aún se conoce como Saigón. Esto hace que la ciudad sea muy manejable.
Hasta hace no mucho había que echarle cojones para venir a vivir a Ho Chi Minh City, por el nivel de subdesarrollo que presentaba. Afortunadamente, la ciudad está prosperando rápidamente y en la actualidad un extranjero puede encontrar casi todo lo que necesita: grandes hoteles, tiendas y centros comerciales, salas de cine y una buena oferta de restaurantes y de entretenimiento nocturno.
El desarrollo urbano se ha acelerado en los últimos años, noto muchos cambios respecto a cuando vivía en 2007 y 2008. Recientemente han construido el túnel de Thu Thiem, una impresionante obra de ingeniería que pasa por debajo del río Saigón y conecta el distrito 1 con el distrito 2. Antes de que existiera este túnel el distrito 2 estaba prácticamente abandonado por encontrarse incomunicado al otro lado del río. De repente, ha pasado a convertirse en una esperanza para el futuro desarrollo urbano de Ho Chi Minh City y la ciudad se expandirá en torno al río Saigón.
De un tiempo a esta parte ha habido también una mejora de las infraestructuras que sirven para comunicar los diferentos distritos. Uno de los mejores ejemplos es el bulevar de Võ Văn Kiệt que discurre paralelo al canal de Bến Nghé que separa el distrito 1 del 4 y el distrito 5 del 8. La circulación de tráfico rodado está ahora menos congestionado en esta parte de la ciudad.
Por el momento, los únicos medios de transporte público son el autobús y el taxi, que es extremadamente barato. Ya ha comenzado la construcción de la red de metro pero no se espera que esté operativa hasta 2017. La forma de transporte más habitual sigue siendo la motocicleta. Se trata de una característica particular de Vietnam (hablamos nada menos que del país con mayor parque de motocicletas del mundo) y sorprende ver hasta que punto las ciudades están preparadas para este tipo de vehículos. Moverse en moto por Saigón es muy práctico y muy cómodo, las normas de tráfico son laxas y vayas donde vayas casi siempre puedes aparcar en la acera frente al establecimiento, sin complicarte la vida con el aparcamiento.
Además de haber mejorado la calidad de vida, sigue habiendo otras características que me gustan de Saigón.
El idioma
No hace falta saber hablar vietnamita para vivir en Saigón. Con el inglés puedes apañártelas perfectamente, en la mayoría de comercios y restaurantes del centro los vietnamitas están acostumbrados a tratar con clientes extranjeros y es habitual que se dirijan a ti en inglés.
En contraste con Japón, no resulta indispensable aprender el idioma para poder manejarte el día a día, pero si estás decidido desde luego que te facilita la vida.
La posibilidad de viajar
En Vietnam se puede viajar a un precio muy asequible dentro y fuera del país, al contrario que en Japón.
Hay un montón de aerolíneas de bajo coste operando en Vietnam y los demás países del sudeste asiático. Tailandia, Malasia, Filipinas, Singapur, Indonesia están a tiro de piedra y a precios muy baratos.
El clima
Sin duda, uno de los argumentos de mayor peso.
Me encanta el clima tropical del sur de Vietnam. La temperatura ronda los 25-30° durante todo el año y en las noches más frescas apenas baja de los 20°. Para mí es un gustazo poder andar siempre en pantalones cortos con la camisa arremangada o en camiseta. Algunos dirán que eso de las cuatro estaciones está bien porque sino resulta muy repetitivo, pero yo soy de los que se conforma con un único fondo de armario. A la mierda jerseys, chaquetas, abrigos y bufandas.
El único inconveniente del clima tropical es que durante medio año es temporada seca, de diciembre a mayo, y durante el otro medio es temporada de lluvias y entonces llueve casi todos los días. Normalmente el fenómeno es previsible, suele caer un chaparrón a media tarde que dura un par de horas y por la noche para de llover y se puede salir a la calle, aunque cuando llega algún tifón se puede tirar el día entero lloviendo.
En conclusión diré que la decisión de regresar a Vietnam es más o menos firme, aunque de aquí a abril puede pasar cualquier cosa. No fue difícil tomar la decisión, nada más llegar a Saigón recordé lo mucho que gusta la ciudad para vivir y después de hablar con la gente tengo la impresión de que el mercado laboral es favorable en estos momentos así que adelante...
No veo el momento de terminar el master y trasladarme a Saigón. La verdad que estoy bastante ilusionado. Habiendo tenido durante tanto tiempo dudas e incertidumbres en la cabeza por fin tengo las cosas claras y estoy seguro de lo que quiero hacer.
Volver a Vietnam.