RT | La determinación de EE.UU. en su desafío a Siria no presagian nada bueno y amenazan al mundo con una catástrofe humanitaria, advierten los expertos.
El politólogo Adranik Migranyan recuerda que las intervenciones militares siempre degeneran en un caos incontrolable y Siria no será una excepción. "Antes de hablar de las posibles consecuencias de acciones como estas, sería bueno analizar a lo que conllevaron intervenciones de EE.UU. de esta índole en la región, emprendidas en su día para "salvar vidas y alcanzar altas metas humanitarias", escribe el experto en el diario ruso 'Izvestia' .
Irak
Migranyan evoca ante todo el ejemplo de la invasión de Irak por parte de EE.UU., que emprendió en 2003 bajo el pretexto de que el régimen de Sadam Husein desarrollaba de armas de destrucción masiva.
"¿Qué tenemos como resultado? Varios cientos de miles de iraquíes muertos, millones de desplazados en el territorio de ese país, miles de muertos y decenas de miles de soldados estadounidenses y de sus aliados heridos; el país está en ruinas. De hecho, el país, que está dividido en tres partes -chiitas, sunitas y kurdos- es objeto de atentados que matan a decenas de personas cada día. Al mismo tiempo, el gobierno de Obama dijo que EE.UU. había cumplido su misión en el país y debería abandonarlo", señaló Adranik Migranyan.
Libia
Otro ejemplo que cita el experto es Libia, país contra el que EE.UU. inició su operación militar, supuestamente, para proteger a la población civil. Antes de la guerra civil Libia era uno de los cinco países más prósperos y dinámicos de la región.
"Tras la intervención de EE.UU. y sus aliados este país también acabó en ruinas, mataron al líder de Libia, las armas suministradas cayeron en gran parte en manos de los radicales islámicos. El área de inestabilidad se ha extendido más allá de Libia a los países vecinos: Malí y otros. Fueron asesinados diplomáticos estadounidenses y el destino de este país sigue siendo incierto. De nuevo los estadounidenses han cumplido su 'misión humanitaria', como resultado de la cual el país se encuentra en ruinas", denuncia el politólogo.
Egipto
Otro ejemplo de supuesta promoción de la paz y la democracia en la región es la interferencia de EE.UU en la 'primavera árabe', en particular en Egipto, donde todo acabó fuera de control. Los radicales islámicos llegaron al poder en vez de Mubarak y el país fue de nuevo escenario de una ola de protestas, esta vez dirigidas contra los Hermanos Musulmanes, que trataban de monopolizar el poder en sus manos. El ejército dio un golpe de Estado y todo volvió al punto de partida, pero en una versión mucho peor.
"En lugar de la dictadura de Mubarak, hoy en Egipto existe una abierta dictadura militar. El presidente Obama se ha olvidado de por qué los estadounidenses derrocaron a Mubaraky Washington se ve obligado a aceptar un golpe militar", indica Migranyan, agregando que la economía del país se encuentra en una situación deplorable, y advirtiendo del riesgo de que una larga guerra civil enfrente al ejército con los Hermanos Musulmanes, o la posibilidad de que los militares implanten un férreo autoritarismo que derive en muchas más víctimas.
"Por lo tanto, podemos concluir que cualquier intento de interferencia por parte de la administración estadounidense con "buenas intenciones" en asuntos de los Estados árabes, en lugar de llevar la paz, la estabilidad y la prosperidad, crean, por el contrario, enormes problemas adicionales, desde la destrucción de los Estados hasta la propagación del caos total y de la confusión", explica el experto.
"Obama no tiene una idea clara sobre el papel de EE.UU. en el mundo"
"Todos entienden que al presidente Obama no le gusta la política exterior y no la entiende, que no tiene una idea clara sobre el papel de EE.UU. en el mundo de hoy. Por desgracia, esto se refiere también a su equipo de política exterior, lo que explica las declaraciones improvisadas y poco meditadas del presidente de que Mubarak debe irse, de que Gaddafi debe irse, o de que Assad debe irse, los ataques personales extraños contra los líderes de las grandes potencias, como si no tuviera que lidiar con la política exterior en general y no tuviera que pedir ayuda a estos mismos líderes", destaca Migranyan.
"Como resultado de la interferencia estadounidense, los conflictos y problemas locales se transforman en globales y, en consecuencia, no pueden ser resueltos. En países a cuyos pueblos querían 'hacer feliz', los estadounidenses acaban sembrando muerte y una destrucción incalculable. Como resultado, la escala del caos y la falta de control el mundo crece", denuncia el politólogo.
"En toda su gravedad se levanta una cuestión tanto en EE.UU. como en el mundo: la de cómo detener este picazón de intervenciones humanitarias estadounidenses que se transforman en una catástrofe para todos", especifica Migranyan.
"Existe la única esperanza de que una política sólida, coherente y responsable de Rusia, de China, y espero que de India, Brasil y otros países, junto con la creciente influencia de fuerzas razonables dentro de EE.UU., como el senador Rand Paul y otros, sean capaces de minimizar el costo de las intervenciones humanitarias de EE.UU. que se traducen en crecimiento del caos y falta de control en el mundo", concluye.