Capítulo 3º
"Un encuentro inesperado"
Cuando abrió los ojos Aurora, se encontraba sentada en aquel trono de madera que había visto antes de caer en redondo, al suelo. A su izquierda, se encontraba el joven Robin Jú , esbozando una tímida sonrisa tras ver que su princesa despertaba, a su derecha, revoloteando, Leo. Pero ahora ya no había nadie más, frente a ella se encontraba una especie de llanocon señales de haber sido avasallado, un rato antes, por cientos de personajesextraños.
Luego miró a todo su alrededor, diminutos cristales de colores rodeaban la entrada y el techo de aquella especie de cueva.
- ¿Cómo se encuentra majestad?-preguntaba el joven Robin Jú.
- Supongo que bien- dentro de lo bien que podía estar en esta historia pensaba.- ¿Cómo he llegado hasta aquí? ¿Quiénes eran y dónde se han metido todos aquellos personajes quehe visto hace un rato?-.
- Ya se fueron mi princesa-susurró Leo con voz baja en el oído de nuestra amiga.
- Dadas las circunstancias y el delicado momento que atravesamos, hemos considerado que lo más oportuno era ir poniéndola al día con mas tranquilidady sin bullicio alguno.
-Si su majestad me lo permite, sería conveniente si como bien dice, se encuentra mejor, se levantara de donde está y diéramos un paseo por todas las tierras que componen su reino, a ver si le vuelve la memoria reconociéndolos.-Solicitóel joven Robin Jú.
Así que sin más se levantó y poniéndose en compañía de sus dos mejores aliados del momento, se dispuso a seguir los caminos que ambos le iban a mostrar.
No pasaron unos pocos de metros cuando de nuevo sonaronaquellas florecillas con forma de trompetas y se abrió ante ella un tímido camino hacia el que los custodiaban unas especie de hojas con distintas formas en sus puntasy con diferentes colores.
- Decidme, ¿A dónde nos lleva este camino y que son estas plantas que nos rodean?-
- Siguiendo este camino llegaremos hasta donde se cobijan y preparan una de las tribus que más fieles son a su majestad, las “Hadas”... Respecto a las plantas que le rodean son Ornianas, son únicas en este territorio, tienen la cualidad de ir alegrando al viajero que se dirige a visitar a nuestras amigas.
Si se fija bien, todas parecen ser diferentes en la punta. El motivo es el siguiente, según el color de la punta, esta emitirá una nota musical y su forma indica la duración de su nota- Explicaba un orgulloso Leo, mitad gran guerrero del aire, mitad compositorde las mejores melodías de todo el reino.
Así que Aurora no pudo controlar su curiosidad ycomenzó a pasar los dedos sin control alguno, mientras andaba.
Aquello…sonaba fatal. Notas sin sentido, conjunciones melódicas afortunadamente desconocidas hasta entonces:
- ¡ Pin,pin,pin,Pen,Pan,pannnn,Penn,Pinnnnnnnnnn!-
- ¿Le importaría a la princesa dejar de tocar las plantas? Si continua no podremos oír si nos llega algún animal salvaje para atacarnos - le engañó nuestra mosca favorita ya mareada y conmocionada con tan destructivo ruido…
De pronto Tanto Robin Júcomo Leo se detuvieron, Aurora, que caminaba cabizbaja sospechando que lo que Leo le había dicho sólo era una excusa para que no tocara más, miró hacia el frente tras tropezarse con el talón de nuestro amigo guerrero y…allí estaban…
Delante de ella, se abría un pequeño lago, y justo tras él, una pequeña catarata de la que caía una especie de agua color oro. Alrededor del agua, se encontraban cientos de hadas situadas en perfecta formación militar en fila de a uno, las cuales, cuando otra que debía ser el hada jefe, les hacía una señal de paso ,se dedicaban a planear sobre las rocas salpicadas del fino polvo de agua seca,y rozando sus alas sobre las robustas piedras, quedabanimpregnadas de aquella especie de arenilla mágica.
- ¿Qué están haciendo?-
- Están recargando sus alas mi princesa-dijo Leo.- Cada día vienen volando varios batallones de hadas para recargar sus alas de polvo cantoniano. Es un polvo quesuelen utilizar, entre otras cosas, para camuflar a nuestros pueblos de los ataques de los Akuers a la vez que sirve de base irritante en sus cuerpos.-terminó de explicarle Leo.-
- ¿No le parecen realmente bellas y mágicas alteza? –preguntaba un admirado y contemplativo Robin Jú- Cómo algo tan coqueto y con tan delicadahermosura, posee un espíritu tan sacrificado a su lealtad?-
- ¿Y quiénes son esos Akuers?- preguntaba algo intrigada Aurora.
De pronto, un fuerte estruendo se oyó en lo alto de la cascada, comenzaron a caer violentas piedras y el suelo comenzó a temblar cada vez con mas fuerza…Unintolerable silbido agudo se apoderó de la calma.
- ¡Rápido majestad, no hay tiempo que perder!-El joven Robin Jú sujetó del brazo derecho a su princesa y llevándola tras un grueso tronco de árbol inclinado en el suelo apoyado sobre una enorme roca, hizo que ésta se agachara mientras que semiarrodillado desenfundó velozmente una flecha de su cajetín y extendiendo el cordel de su arco, se posicionó en formación de defensa ante cualquier ataque que se pudiera presentar contra su alteza.
- Majestad, ya tiene su respuesta…estos son los Akuers, sus enemigos más destructores y el principal problema que se le presenta si salimos de esta…-
Aurora podía ver entre el viejo tronco y la roca, como aquel ejército de valientes hadas intentaban frenar aquel traidor ataque con los medios que aún le quedaban... Algunas ,se dirigían hacia la zona alta de la catarata hacia un destino incierto, otras, caían aturdidas en el esfuerzo sobre el lago o terreno... Como podían intentaban cubrir componiendo una fina sábana de luz con su polvo mágico aquel territorio, pero les estaba resultando imposible…
Aurora se había encontrado de pronto inmersa en un mortífero ataque de los que, ahora supo, atentaban contra ella y su reino…
Mientras, el joven Robin Jú permanecía inmóvil, concentrado con su mirada puesta sobre aquella punta de flecha de trébol de tres hojas atento a cualquier movimiento…