Por su interés publico un texto extraído del libro " La huelga de alquileres y el comité de defensa económica" de Manel Aisa Pàmpols en el que se pone de manifiesto el poder de los hombres de Estado, en este caso en los nombres de Francesc Cambó y el Conde de Romanones, primero derrocando el régimen dictatorial de Primo de Rivera y después apoyando al régimen dictatorial de Francisco Franco.
Una de las triquiñuelas que nos presenta la historia nos la cuenta Cánovas Cervante en su libro "Proceso histórico de la Revolución Española. Apuntes de Solidaridad Obrea" donde nos habla del Conde de Romanones y de Francesc Cambó, los principales inductores de la caída de Primo de Rivera. Dice Cánovas:
"Romanones, dueño absoluto del Banco Hipotecario, ejercía dentro de esta entidad un especial espionaje para apoderarse de las mejores fincas rústicas y urbanas de España. Así llego a ser el mayor propietario de nuestro país y el terrateniente que pagaba más contribución por fincas rústicas. En rapacidad y en astucia, poca gente aventajo a este siniestro hombre de negocios.
Por aquellos días Cambó, necesitaba apoderarse de la voluntad del duque de Alba y convertirlo en instrumento de su política y de sus negocios. La mejor manera de entablar una rápida amistad con el gran aristócrata era el arte. El duque de Alba posee la mayor colección de cuadros y obras de arte del mundo, y está reputado.
Obsequiando Cambó al duque de Alba con el cargo de consejero de la CHADE (eléctricas) que llevaba anejo el pingüe sueldo de 50000 duros anuales y una participación en las grandes empresas eléctricas que pensaba desarrollar en España.
Cambó ofreció un plan de electrificación de toda España. Se formaría una sociedad con un capital superior a los 1000 millones, cuyas acciones tomaría la Banca Internacional, aumentándose el capital a medida que las necesidades del negocio lo demandasen. Se repartirían entre los iniciadores del negocio un buen número de millones de acciones liberadas; se cobrarían corretajes y comisiones importantes; se crearían puestos de consejeros, con exorbitantes sueldos, y España se convertiría en el paraíso de los grandes traficantes de la electricidad.
¿Qué había que hacer para que el negocio llegase a feliz término? Pues, según Cambó, despedir al dictador,, y como esta petición de dirigente de la CHADE coincidía con los propósitos de Romanones y la plutocracia española de liquidar el régimen dictatorial y volver a los viejos partidos de turno y a la ficción caciquil constitucional, la cosa resultó fácil y el pobre general Primo de Rivera se vio despedido una mañana de fines de diciembre de 1929.
Primo de Rivera se quedó atónito cuando recibió la noticia que iba a ser reemplazado por el general Berenguer, jefe de la casa militar del monarca. El salvador de España resultó ser un pelele al servició de la plutocracia, que durante ocho años le había utilizado dejándole hacer el ridículo, despidiéndole cuando ya le había explotado lo suficiente.
Excusamos decir que en este gran negocio de la electrificación de España, que sirvió para organizar la caída del dictador, Romanones llevaba una parte muy suculenta. Desde la caída de Primo de Rivera hasta el advenimiento de la República, Cambó y Romanones estuvieron en íntimo contacto. Sin embargo, la intriga para dejar paso a la República fue cosa personal del Conde. Cambó quedó un poco al margen".
También daría su apoyo incondicional Cambó financiando al bando sublevado que lideraba Francisco Franco.