Sucede a veces, que en una milésima de segundo, el ser humano bloquea el sentido de la razón para salvar el corazón...
Ella quedó impactada por aquellas frases tan directas y repentinas; por primera vez en los fugaces minutos de tan extraña relación , no supo como actuar,sin duda ,aquello era toda una declaración de intenciones...
- Quiero comprar todos aquellos objetos que hicieron que ayer te volvieras hacia mí, que me mirases-.
Repitió nuevamente sin poder retirar su mirada de aquel jóven rostro.
- Sé que las cosas no se deben hacer así,que ahora mismo simplemente no sabes por qué el tiempo se ha congelado quedándote pegada junto a tu caja registradora. No sabes ni quien soy, ni por qué hago esto...no lo sabes,yo tampoco...Pero ¿ quieres tomar un café?, dame alguna excusa o motivo para poder comenzar...para que una mesa y dos sillas de un bar me haga entender el por qué necesito seguir mirándote durante una tarde.-
Una tienda de antiguedades, una campanilla que anuncia la entrada de clientes por la puerta, un pasillo se convierte en testigo principal y casual de sus historia.
Foto: Jose M. Sieres
Un momento nada común donde ella dijo: Ana.-Me llamo Ana- Aunque poco más dijo.- Hola Ana.¿Me dejas invitarte a ese café?.No hace falta ir muy lejos y si aceptas te prometo que no vendré cada tarde a reclamarte en forma de botín aquella respuesta que libere a todo el batallón de infantería que hoy me llevaré secuestrado de tu pequeña tienda.Una tienda de antiguedades, una camapanilla que sonó en la tarde para darle un sentido al tiempo y al espacio...a la necesidad de no ver en ocasiones que un simple momento es lo único que necesitamos para enamorarnos...Aún sin saber por qué, dirigiendo al suelo la vista, y con las manos sin saber que hacer con ellas, nerviosa, Ana fué tras su mostrador, cogió la rebeca, que Matías recordaba en la mañana, y pasó junto a él en el pasillo diciendo...- ¡ Vamos!¡No, no digas nada, porque no se que decir más...!¡Vamos...!Un café, una tarde, el hueco en el que ambos encontraron el principio de su propia historia...