Estoy indecisa. Y no es la astenia primaveral, más bien lo contrario, es llegar esta época y sobre todo el cambio de hora, la llegada de la luz, y desaparece la pereza invernal que me impulsaba a recogerme con la primera oscuridad. Vale que han hecho unos días nublados y que el frio (aquí lo llamamos así) no ha terminado de desaparecer pero tengo luz.Y de ahí la indecisión,
que entrada elegir que no desentone con la espectacularidad de estos días que además coinciden con la explosión de mi facebook durante la semana pasada. Un blog a veces es como un corazoncillo libre y otras, corancito, como una carga para conseguir que los que me leen sigan haciéndolo y aquellos que llegan por primera vez permanezcan. Pero no puedo estar parada decidiendo y además es sencillo, esta es la entrada que he elegido porque con la luz recupero los largos paseos, como hoy por La Llana o el puerto, y con ellos la barca que nos incita a navegar, el amarre que no nos ata o la veleta que no marca rumbo. Un paseo, como este blog, en el que las más de las veces no hace falta decir nada, solo dejarte llevar como ahora.
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