Una isla llamada Santa Fe

Publicado el 17 marzo 2010 por Gonza_z

Las superproducciones norteamericanas nos han mostrado muchas islas. Algunas han sido el territorio de piratas y barcos y otras de desaparecidos o náufragos. Sin embargo, el archipielago que viene a continuación no es ni ciencia ficción o drama ni mucho menos está situado en algún océano. No. Este territorio está dentro de Argentina y forma parte de una de las regiones más ricas y productivas del país.
Efectivamente, Santa Fe es una de las provincias con mayor índice de productividad agropecuaria e industrial. Además, demográficamente, la cuna de la Bandera y de las reformas Constitucionales también ocupa los principales lugares. Sin lugar a dudas, Rosario es la segunda ciudad del país detrás de Capital Federal. Junto a la ciudad de Santa Fe, conforman un circuito agropecuario y comercial que, con las leyes y las disposiciones políticas actuales, tributan una gran cantidad de recursos para el fisco y, por ende, para el tesoro nacional.
Pero algo cambio en la provincia. Después de 25 años de gobierno peronista, la población decidió cambiar de color y votó al Frente Progresista Cívico y Social. En un principio, se pensó que la relación con el gobierno kirchnerista iba a ser provechosa e iba a favorecer las arcas de las provincia. Nada de eso pasó. El modelo de recaudación kirchnerista contempla, en uno de sus pilares fiscales, retener los tributos de las provincias.
En el caso de Santa Fe, los porcentajes de coparticipación han descendidos considerablemente. Ya en 2008 las autoridades provinciales reclamaban el incremento de partidas millonarias. En la actualidad, los números han disminuido nuevamente. Por ello, desde distintos sectores se está tratando de contrarrestar esta política de saqueo a las provincias.
Según Maximiliano Montenegro, "Este año se recaudarán unos 24.000 millones de pesos del impuesto al cheque. El 85% de esos fondos quedan en las arcas nacionales y sólo 15% se distribuyen entre las provincias. Si la ecuación del reparto se modificara sobre la base de la Ley de Coparticipación vigente, las provincias deberían apropiarse de casi $ 10 mil millones adicionales, que cedería el fisco nacional."
La quita por parte del fisco nacional no es la única manera de discriminar a Santa Fe. Otro pilar del gobierno kirchnerista es la política subsidiaria de los servicios públicos. El caso más ejemplificador es el servicio de transporte urbano. Mientras que en Capital Federal y Gran Buenos Aires se subsidian tanto los trenes y subtes como los colectivos; en Santa Fe nada de esto sucede. Todo lo contrario, cuando aparecen síntomas de inflación quienes acarrean los incrementos de boletos y pasajes son los usuarios. Actualmente, en la ciudad de Santa Fe el pasaje común cuesta $ 2. Una locura teniendo en cuenta la cantidad de gente que lo utiliza semanalmente y los trayectos muchos más cortos comparados con la ciudad de Buenos Aires.
Si dos circunstancias no son suficientes para fundamentar el aislamiento de Santa Fe existen otras. Otro ejemplo es lo que sucede con los planes sociales de trabajo en cooperativas "Argentina Trabaja". El plan sólo contempla a agrupaciones afines del gobierno kirchnerista y bonaerenses. Patético, teniendo en cuenta la cantidad de gente sin trabajo y los altos grados de pobreza y marginalidad que tienen tanto Rosario como Santa Fe.
El hecho de no contar con estos recursos genuinos y legalmente producidos en suelos santafesinos se ve claramente en los estamos provinciales. Sin recursos y sin una reforma tributaria provincial, los sueldos con aumentos que rondan entre el 15 y el 23 % no podrán ser pagos. Por ende, los gremios locales están en huelga y toda la provincia parada. Sin clases, sin atención médica y sin posibilidad de hacer trámites varios.
Según el intendente de Santa Fe, Mario Barletta, "durante 2009 la Nación envió subsidios a Santa Fe por 216.000 pesos para obras públicas nuevas, y en la gestión anterior entregó a Santa Fe subsidios por 116 millones de pesos”. Santa Fe es una isla. Un territorio abandonado y excluido por el gobierno kirchnerista. Si por razones esotéricas personalidades como Artigas o Brigadier López recobraran su vida no tardarían en volver a quitárselas.