Con sus tentáculos urticantes de colores verdes y morados, la anémona (Anemonia sulcata) espera semicerrada a que suba la marea y la vuelva a cubrir de agua. Dos veces al día, durante la marea baja, estos invertebrados repliegan sus tentáculos y llenan sus cavidades de agua de mar, de esta forma pueden sobrevivir durante varias horas en seco, incluso bajo el fuerte sol del verano.
Cuando el agua la cubre por completo, la anémona despliega sus tentáculos como los pétalos de una flor y espera a que una presa desapercibida o una partícula de alimento arrastrada por la colonia tropiece con uno de ellos. Bastará con un pequeño roce para que el incauto pececillo o la pequeña quisquilla quede paralizarada por sus células urticantes. Después la la atraerá hacia una oquedad situada entre la corona de tentáculos y de ahí pasará a una cámara donde se producirá la digestión.