Una Joyita: "Love Devotion Surrender" o La Música Como Sinónimo De Vida.

Publicado el 01 febrero 2011 por Victorhugo
Vamos a empezar el mes con unas preguntitas:
¿Os acordáis de cuando la original guitarra de Carlos Santana era todo un torrente de libertad que no conocía diques o presas que la contuvieran y calmaran? ¿Y del sonido de John McLaughlin? Uno de los más eléctricos, impetuosos y penetrantes que se ha paseado por el mundo del Jazz ¿verdad?
Pues gracias a Dios o a lo que queráis, estos dos tipos tuvieron varios puntos en común: el primero es que eran grandes especialistas de la guitarra; el segundo es que eran unos inquietos aventureros musicales, de eso no cabe la más mínima duda viendo la obra musical de cada uno de ellos en los 70; el tercero era el cariño y aprecio que manifestaban hacia John Coltrane y su obra jazzística; y el cuarto es que en ellos -fieles devotos y seguidores del gurú indio Sri Chinmoy- dominaba un ansia de saber religioso, espiritual y filosófico que trascendía más allá de sus vidas y su música.
Todos estos rasgos compartidos hicieron posible el encuentro artístico y personal entre Carlos y John –ya bautizados o renombrados por su maestro como Devadip y Mahavishnu-. Y de esa relación surgieron varios chispazos que, afortunadamente para nosotros, acabaron siendo registrados bajo la marca de Columbia Records en discos como “Welcome” o del que vamos a hablar en este día de hoy: “Love Devotion Surrender”, que vio la luz en el verano de 1973.

Para la gestación de “Love Devotion Surrender” intervinieron y participaron distintos miembros tanto de Santana como de la Mahavishnu Orchestra, con lo que se formó entonces una megabanda de antología entre la que aparecían nombres como Billy Cobham y Mike Schrieve a las soberbias baterías, la colaboración de Larry Young al poderoso órgano Hammond o Armando Peraza a la percusión. Casi nada.
El álbum consta originalmente de 5 piezas: las dos primeras son “A Love Supreme” y “Naima”, que tienen a Coltrane como autor. “Let Us Go Into The House Of The Lord” es el cuarto corte, un tema tradicional arreglado para la ocasión por el tándem Carlos-John, que cierran el disco con la preciosa acústica “Meditation”…

Y dejo para el final la que es para mi la obra central del disco. Una composición titulada “The Life Divine” que sitúa a la pareja formada por John McLaughlin y Carlos Santana en lo más alto del Olimpo musical guitarrero. Yo me tuve que rendir a la evidencia, ya que poner “The Life Divine” a máximo volumen y entrar en eufórico éxtasis es todo un mismo movimiento.
Hasta entonces no había escuchado en mi vida nada tan apoteósico y grandioso como esto, tan glorioso -de hecho, cada vez que lo escucho un escalofrío me recorre la espalda por la emoción causada. No lo puedo evitar-. Así que se puede decir que fue justo en ese momento cuando entendí a aquellas frases tan manidas que dicen eso de que es en la música donde se halla la Belleza, el Amor, la Perfección o Dios.
Esa solemnidad y profundidad, los cantos del coro recitados y repetidos como si de un mantra se tratara, y ese constante pulso palpitante nos introduce en una especie de estado alterado de conciencia, donde da la impresión y sensación de que nos encontramos ante lo verdaderamente sublime. Nos hace sentir una experiencia cuasi-mística de lo divino…
La verdad es que no sé cómo explicarme correctamente, no estoy muy seguro de ello y no he leído nada al respecto, pero si en aquellas sesiones de grabación tanto Carlos como John, guiados por Sri Chinmoy, se propusieron evocar con su música los nuevos caminos espirituales que estaban recorriendo o la existencia de Algo Superior, a fe mía que lo lograron.
La lucha de guitarras más exuberante, intensa y vitalista que he tenido el placer de disfrutar tiene un nombre, “The Life Divine”:

Que os guste: