Una lista para unificarlos a todos… o no

Publicado el 03 diciembre 2014 por Trinitro @trinitro

En el mundo independentista estamos atrapados en un debate que comienza a ser muy bizantino que es el de la conveniencia o no que en las próximas elecciones autonómicas haya una opción independentista única o no. La semana pasada, Artur Mas nos sorprendió a todos ofreciendo no encabezarla incluso, algo que a más de uno nos dejó perplejos.

Creo que algo táctico y que se ha de valorar en términos puramente operativos ha alcanzado cotas de debate de principios fundamentales. Independentistas enfadados con independentistas porqué no comparten la misma opinión sobre la lista única, todos creyendo que si no le dan la razón eso va a ser causa de un hipotético fracaso del independentismo.

La lista única como he dicho ha de contemplarse en términos operativos. Ni tan siquiera estratégicos. Diferenciar entre principios, estrategia y operatividad es calve.

Estratégico es convocar unas elecciones plebiscitarias, táctico es como se plasman las listas y las candidaturas independentistas. El debate de principios es si consideramos que los pueblos pueden tener la autodeterminación o no.

Los independentistas que más nos movemos en las zonas de fricción entre el Sí y el No, hemos aprendido a no considerar que quien no cree que seamos una nación no es un enemigo moral sino un rival político y alguien a quien tenemos que escuchar y desde la humildad intentar exponer nuestra postura, ¿porqué vamos a tener una pelea de principios morales con los que compartimos principios y en muchos casos estrategia?

Hablando de estrategia, no me convence la estrategia de unas plebiscitarias rápidas. Creo que la mayoría independentista lo somos frente a una minoría federalista y una minoría autonomista… separadas, pero que en el caso de que por nuestra propia estrategia les forcemos a unirse sin haber facilitado la transición hacia un federalismo más pro-indepe a una parte de lo que queda del federalismo puede que nos veamos con alguna sorpresa.

Que para ser hegemónico y por tanto poder ganar con garantías cualquier elección hemos de facilitar el proceso de autoconvencimiento de muchos catalanes que aún mantienen viva la esperanza de cambio dentro de España, a la vez que demostramos que la opción de transformación de Podemos no es tal.

Temo ganar unas plebiscitarias por muy poco, porqué operativamente creo que para ejecutar la independencia y conseguir un reconocimiento externo (o que no pongan palos en las ruedas) las mayorías han de ser sostenidas en el tiempo y poco discutibles.

Esto es una discrepancia estratégica que tengo seguramente con el corpus central de ERC, de CiU y posiblemente con el independentismo social organizado. No considero a ninguno de ellos enemigos morales, o que si no les termino convenciendo serán responsables del fracaso del independentismo.

Mantengo una discrepancia operativa con la propuesta de la lista única. Mis argumentos son que la lista única ha de maximizar dos cosas: legitimidad interna y legitimidad externa. Cierto que la lista única clarificaría de cara a las cancillerías mundiales, en caso de un apoyo apabullante, que los catalanes están por la labor de la independencia, pero también lo puede expresar una coalición de listas por la independencia.

El problema radica en la legitimización interna, o sea, el apoyo electoral en votos. Si hubiera elementos científicos para valorarlo, como por ejemplo una encuesta bien hecha, planteando dos alternativas explicadas sobre como podría ser la lista única (y con nombres de quienes la conformaría y posible cabeza de lista) o las listas no únicas, podría alguien arrogarse la capacidad de creer que ese dato científico justifica su postura. La única prueba que hay es una encuesta de El Periódico que no pregunta exáctamente sobre la propuesta de lista única que propone Artur Mas, hecha en un universo relativamente pequeño y analizada con el sesgo intencional de un diario no independentista (tampoco raviosamente unionista) y que dice que la lista única no sería una gran idea.

En ausencia de esas pruebas científicas todos nos basamos en intuiciones, datos parciales, conversaciones con nuestro entorno y percepciones. Hay al parecer dos mundos, a rasgos muy generales (hay bastantes contraejemplos) los que más en contacto estamos con el ala que fricciona entre la independencia y la no independencia y del centroizquierda sociológico catalán, creemos que la lista única no sería una buena idea del todo. Los que están más en el ala más central del soberanismo dicen lo contrario.

También los que son simpatizantes de ERC apuestan por las dos listas, y los que son simpatizantes de CiU por la lista única.

Como en este caso no tengo sesgo filoconvergente o filoesquerra (aún sigo el proceso de descompresión de haber militado en un partido político), me puedo permitir el lujo de poder valorar las propuestas sin más apegos que los que me vienen de mi mismo (tengo sesgos, cierto, cierta CiU-fobia), pero sin temer que una estrategia u otra pueda favorecer o perjudicar a Junqueras o a Mas.

Creo que tal vez una lista única que sea muy inclusiva y que no se vea como “la lista de Mas” podría tener algún efecto beneficioso, pero temo que una lista única puede terminar rechazando voto independentista de gente anticonvergente que sí puede recoger una lista donde no estén Artur Mas y CiU, pretender que la “lista de la CUP” termine recogiendo todos los votos del centroizquierda independentista anticonvergente, es encargarles demasiada responsabilidad a una organización tan pequeña, fragmentada y con su propia idiosincracia y que tiene un trabajo duro en su propio marco conceptual y de competencia electoral.

Hablando de otros marcos conceptuales, los rivales a la independencia no formarán una lista única y meterán otros marcos en las elecciones plebiscitarias y también se habrá de combatir en esos marcos, marcos como “la casta”, “los recortes”, “la lucha contra la crisis”, “la corrupción”, que no son menores van a aparecer y la lista única creo que tiene menos opción a dar respuestas a confrontarlos que tener varias voces y propuestas electorales.

Como digo es una opinión basada en una percepción relativamente sesgada y un análisis tan racional como el del mejor director de diario. Si al final hay dos listas o tres será una decisión operativa, que tomarán los dos grandes partidos de Catalunya y que espero que la tomen antes con datos más científicos y considerando las diversas percepciones que se les ha ido haciendo llegar.

Lo que para mí no va a ser un casus belli para cargar contra Mas o Junqueras, contra los convergentes o contra los de Esquerra, o para cargar contra quien no comparta mi visión personal y no científica. No nos engañemos, ya pueden ser catedráticos, opinadores de muy alto nivel o periodistas que su visión tampoco a día de hoy es científica. De hecho yo también tengo un papelito firmado por un rey y un rector diciendo que tengo suficiencia investigadora en sociología, pero sin datos o sin estudios cualitativos dignos de ese nombre, voy casi tan ciego como cualquier opinador cuñado.

Por eso mejor no dramaticemos tanto sobre si la lista única sí o no.