A esta chica el arte dramático le corre por las venas y no hay día que su padre o yo (abuelos y tíos tampoco se libran) tengamos que hacer de malo de alguna película, porque claro... ella siempre es la buena, heroína o princesa. Menos mal que esta vez varió un poco la temática y le dio por ser detective.
Dicho y hecho... aquí tenéis los materiales: una transparencia (por casa andaba algún retal de otra manualidad), una cartulina bonita, un palito de los que utilizan los médicos para decir: aaah (Ana siempre sale con uno del pediatra y ahí está su mamá diogenera para guardarlos), pegamento, tijeras, un compás y celo (no os creáis que es washi tape, es un celo que prometía por su color pero es una porquería).
Por supuesto el compás lo utilicé yo pero a Ana le pareció un gran invento y con mi ayuda estuvo practicando con él. Le llamó mucho la atención: ¡mamá tiene un pincho!.
El siguiente paso fue recortar las dos rosquillas de cartulina, un trocito de transparencia (que una vez más no se ve en la foto y os marco con línea de puntos) y colocar los elementos como veis en la foto, a modo de sandwich el orden es el siguiente: círculo, transparencia, palito y círculo.
Nosotras pegamos en palo con celo, y la transparecia y los roscos con pegamento ¡listo!.
Ahí tenéis el resultado... aumentos ninguno pero ratos entretenidos muchos (fabricándola y luego jugando con ella). De todas maneras no puedo acabar el post sin advertiros: ¡qué rollo! Ana se pasó toda la tarde de ayer preguntándome: ¡Mamá ¿qué has perdido?! y buscándome cosas por la casa, no di a basto... yo ya os he avisado.
See you later alligator!