Adrián, Borja y Claudio son tres amigos a los que se les ocurre, durante una noche de borrachera, grabar algo sorprendente con el móvil y subirlo a Internet. Su objetivo es que el vídeo traspase fronteras y que todo el mundo lo vea aunque para ello tienen que sacrificar sus nombres porque lo que hacen no es algo bueno, más bien todo lo contrario, pues tirarán piedras desde lo alto de un puente para "asustar" a los conductores que por allí pasen.
No sé que personaje me cae peor. Adrián está claro que no es mi favorito y sus dos amigos tampoco, uno por perrito faldero, Borja, y el otro por cobarde, Claudio, aunque parece que es el que más afectado está por lo sucedido y el más dispuesto a entregarse a la policía. Si tengo que elegir, me quedo con la hermana del protagonista, Reyes, la única cuerda en medio de la locura.
En lo que respecta al final, es un desenlace abierto en el que se deja al lector en ascuas, queriendo saber cómo acabó todo, si es que llega a terminar. Al principio no me gustó que el autor acabase así la novela pero luego lo agradecí porque de esta forma reflexionamos, aún más si cabe, sobre los hechos que en ella se narran. En mi caso, aún cuando la novela llevaba días cerrada, en la estantería, seguía pensando en ello, no lo podía remediar.
Es lo que tienen las obras de Gómez Cerdá, son historias realistas, con fuerza, bien escritas, a las que el escritor nos acerca a través de un lenguaje simple, cotidiano. No quiero desvelaros más de la trama pues temo irme de la lengua. La obra es muy corta, apenas ciento sesenta páginas, pero intensa pues se lee en un abrir y cerrar de ojos. Recordaros, por último, que tenéis disponible el sesenta por ciento de la novela gratis para leer online en este enlace. ¡Hasta la próxima devorador@s!
Agradecimientos SM