Nos encontramos ante una de esas joyas que de vez en cuando nos ofrece la siempre interesante televisión británica. Por nombrar algunas de estas joyas británicas podemos recordar la interesantísima serie de ciencia-ficción “Doctor Who”; la reinvención del investigador Sherlock Holmes adaptándolo a la actualidad en “Sherlock”; la miniserie de 3 episodios que nos alertaba sobre los peligros de la tecnología “Black Mirror” o la comedia de sketches “Little Britain”. Esto sólo por nombrar algunas de las joyas más recientes de la televisión británica aunque, sin duda, hay muchas más que me dejo en el tintero por falta de espacio y tiempo.
También hallamos unos guiones milimétricamente cuidados (no obstante el creador de la serie y uno de los principales guionistas es Julian Fellowes, quién escribió el guión de la aclamada “Gosford Park” y, como curiosidad, interpretaba al Ministro de Defensa en la película del agente 007, “El mañana nunca muere”). De este modo las historias se construyen poco a poco, aportando todos los detalles precisos a su debido tiempo y sin incluir nada innecesario o irrelevante, consiguiendo que la historia no resulte tediosa o aburrida en ningún momento, cosa bastante meritoria habida cuenta de los tiempos que corren, donde importa más realizar gran cantidad de capítulos de gran duración para poder introducir mayor cantidad de publicidad y conseguir mayores ingresos que entregar un producto cuidado y bien acabado con la duración estrictamente necesaria.
Podemos concluir diciendo que Downton Abbey, una de las grandes sorpresas del año y una de las mejores series de los últimos tiempos, está construida alrededor de cuatro grandes pilares: unas interpretaciones muy cuidadas y creíbles por parte de todos los actores y actrices (tanto los principales como los secundarios y las estrellas invitadas), una construcción de personajes admirable (tanto sobre el papel como actoralmente), unas tramas y unos guiones concisos, realistas y verdaderamente adictivos y una ambientación de la época realmente espectacular, con un amor por el detalle ciertamente destacable. En definitiva estamos ante una serie altamente recomendable que todo aquel que tenga ocasión debería ver. ¡Imprescindible!