Una mama "grinch", un cuento de navidad......

Por Elisabet Cordeiro @eldesvandehugo
Y la navidad pasó..............
Y ahora que preparamos el fin de año, los reyes y las fiestas que aún quedan o faltan yo como una vieja conocida me pregunto o espero a la tan ansiada primavera,
Yo por si las moscas no le he hecho caso a los de  Ikea y Papa Noel ha venido a mi casa y ha dejado los correspondientes regalos y supongo que lo debido haré en Reyes.
Otra cosa es lo que yo crea o piense.
Un día alguien me dijo que cuando tuviera un hijo la navidad seria de otra manera, que la mirada de un niño todo lo sana, todo lo recupera, yo creo que hay cosas que no se pueden recuperar.
Me encanta preparar magia para mi hijo, me encanta hacer de las cosas sencillas un mundo, no soy de las que busco explicaciones sencillas, soy de las que invento, de las que sueña, de las que sigue creyendo en el ratoncito Pérez, en hadas, en ninfas, en historias de planetas, de lunas, de galaxias, de vidas raras y bancos vacíos.
Soy de las que a la pregunta de un por qué???
Contesto cosas complicadas, sueños que no tuve, cuando acuesto a mi hijo y mi pareja me escucha contestar a mi hijo esos porqués con explicaciones de adulto me mira confundido, como
Mama, para que sirven los arboles??
Soy de las que recreo toda una historia de porque los árboles son tan importantes para las personas, como hablan cuando no se les ve, como te abrazan cuando no los esperas, como son capaces de inspirar los mejores versos, las mejores historias.
Me cuesta la Navidad, me llena de un vacío ilógico que me empapa de melancolía y de tristeza que no se va hasta el día 7 de enero, me esfuerzo, me desvivo porque en mi casa solo se viva la Navidad como tal, pero ciertamente creo que esta sobre valorada.
La Navidad pasará, y yo seguiré contando mis historias raras de tesoros, de piratas, de galaxias lejanas, de ratones que muerden lunas pensando que son quesos redondos.
Seguiré hablando de mi música, de mi viaje soñado a cuba o Nueva Orleans, de mi jazz, seguiré amando lo que amo y odiando lo que odio, en general seguiré siendo yo.
Y los años pasan, y la vida pasa, y tú, y yo, o al menos yo me quiero cada vez más, con mis cosas, con mis manías, con mis aciertos, con mis fallos, pero cada vez más yo, más Eli, porque eso es lo que soy, una  Ely a la que no le gusta la navidad, una Ely que ama el otoño y sus colores, y las fuentes, y los amarillos y marrones, una Ely que respirar mejor cuando ahí frío aunque no me guste, una Eli que se aclara con la primavera y que encuentra su mejor persona cuando llega el verano, creo que queda claro que no me gusta el invierno, no es por nada, no tengo nada en su contra más que una soledad mal llegada y unas paces que no llegan.
La cuestión en todo esto es que no a todo el mundo tiene que gustarle la navidad, a mí no me gusta, ni con hijos, ni sin ellos, prefiero el resto de nuestras historias, el resto del año.
Prefiero disfrazarme de princesa, de caballero, de cazador de orcas o de ballenas, prefiero dar de comer a los cocodrilos en mi bañera, prefiero ser mama de otoño, de verano o primavera.
Prefiero inventar historias en puertas mágicas, puertas de madera gastada, puertas de hierro forjado esas que tanto me gusta buscar en mi querida Portugal, esas que un día vivieron tiempos mejores, prefiero andar descalza en busca de alguna rana en una de nuestras fuentes que andar con botas sobre la nieve, prefiero esperar a la salida de las moras que perseguir a papa Noel por el centro comercial.


La Navidad me agota mentalmente, me astía y si soy sincera me pone hasta de mal humor, que si es por el hecho de regalar supongo yo que cualquier día sirve, y si lo que se quiere es una reunión familiar dijo yo que cualquier día es bueno para el rencuentro.
Personalmente el 8 de enero me tranquiliza, es como si lo que ha congelado el frio lo descongelase por igual y todo ese estado de extraña felicidad que dura un mes y nos hace perder la cabeza se evaporase con la misma rapidez con la que llegó.
Mi hijo vive la navidad con la emoción de lo que es, un niño, y al mirarlo se me llena el alma porque cree en una de las pocas cosas en las que yo no creo, porque es capaz de contagiar un poco de espíritu navideño a este el grinch que le ha tocado como madre, aunque supongo que es fácil contagiarse con alguien al lado que se emociona hasta por una funda de sofá nueva y que pide por navidad un palo y una piedra muy grande.
No pierdo la esperanza, esperaré un año más al espíritu de la navidad a ver si finalmente me pilla por el camino y me contagia de esa extraña felicidad, aunque creo que las ausencias seguirán siendo ausencias, las faltas seguirán estando y yo, yo seguiré echando de menos a tantos y a muchos.
Por el momentos seguiré con mis historias, con mis puertas y esperando el calor que tanto aclara mi yo interior, por el momento seguiré creando magia para mi pequeño amor, porque eso es lo que importa no???, que los que creen sigan creyendo que todo es posible y en navidad todo es posible.
Felices fiestas a todos !!!!!!!!!!

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