- Hola guapa, ¿nadamos el fin de semana? - Si, claro. Yo iré los tres días, viernes, sábado y domingo. - El viernes no puedo tengo plan y el domingo baloncesto con mi equipo de viejunos. ¿sábado?- Perfecto. ¿A qué hora quieres ir? ¿A las 10 cuando abran?- ¿A las 10? ¡eso es prontísimo! ¿Por qué madrugas tanto?- ¿tanto? En fin...¿a qué hora quieres ir? - ¿ a la 1? - cojonudo..partiendo toda la mañana, pero vale...por ti lo que quieras. - yo también te quiero guapa...hablamos el sábado.
Sábado por la mañana. Pululo por Los Molinos: me despierto, abro la ventana, leo, desayuno, desayuno otra vez con las princezaz, leo, paseo, escribo...preparo la bolsa de la piscina. Salta el wasap del tío sin foto.
- Buenos días guapa. - Buenos días...¿ya te has caído de la cama?- Si. - ¿Solo?- Jajajaja..si, paso de que se queden a dormir. ¿vamos a nadar?- Si claro...te estoy esperando. ¿estás preparado ya?- ¡¡Noooo!! Me acabo de levantar...necesito una hora todavía. - Eres lo peor. - Yo también te quiero guapa...en una hora me recoges.
Me dedico a pulular mientras pienso como puede ser que un tío soltero y sin hijos necesite una hora desde que se levanta para estar preparado para ir a la piscina. Un tío soltero y sin hijos que no va a ducharse porque lo hará después de nadar y que no desayuna porque ahora está inmerso en una teoría alimentaria absurda que dice que es malo desayunar. Supongo que se habrá puesto a ver porno.
Por fin, llega la hora de encontrarme con el atractivo modelo. Paso por su casa y sale a la puerta vestido como si fuera daltónico y le hubiera robado los pantalones a alguien que pesa 20 kilos más y con una camiseta que le queda ombliguera. El muy cabrón está elegante de todos modos. Le odio.
Se monta en el coche con una bolsa de deporte que debe haber reciclado de los juegos olímpicos de Moscú y que no ha lavado desde entonces. Siempre lleva la bolsa sin cerrar.
- Hola guapísima. ¿has visto que día te he preparado? - Si...un día estupendo. Sol y frío. - ¿Qué tal la semana?- De puta angustia. - Vaya...haberme llamado. - No, porque lloro y siempre dices que mi amplitud emocional te descoloca. - Bueno, pues te me llamas y lloras y yo mientras tanto veo porno y eso equilibra todo. - jajajajajajajaja...vale. Debería haberte llamado.
Llegamos a la piscina. Somos una pareja curiosa. Él es gigante y yo canija. Vamos hablando sin parar de gilipolleces o cosas muy serias hasta que entramos cada uno en su vestuario...y retomamos la conversación exactamente en el punto en el que la hemos dejado cuando nos volvemos a encontrar en la piscina.
- Juan, te veo el culo. - ¿ y qué? - A mí me da igual, pero tienes rota la costura del bañador. Muy rota. En cuanto te pongas a nadar es posible que se descosa del todo y montes un bonito espectáculo. - ¿me cambio? - Yo creo que sí...pero tú verás. Estas muy sexy enseñando el culo, con tus gafas jumbotron...- ¡No te metas con mis gafas! ¡ Son panorámicas y con ellas se ve todo!- Son horribles, te hacen parecer un empanao y además ¿qué quieres ver en la piscina? ¿Que estás haciendo? - Escupir en las gafas para que no se empañen. - Joder..con ese tamaño de gafas se te va a secar la boca. - Mierda, del esfuerzo he notado que se me rompía más la costura. - Exacto...ya te veo medio culo.
Por fin nos ponemos a nadar. Compartimos calle. Yo soy inconfundible con mi bañador segunda piel y con el gorro y las manoplas rosas (mataría a mí yo del pasado que los compro) y Juan también porque además de sus gafas panorámicas lleva un tubo como de snorklear pero de nadar. Un tubo que sirve para no tener que sacar la cara para respirar.
- Ese tubo es absurdo. Pareces un buceador que se ha perdido.- Deberías probarlo Moli...es una nueva dimensión nadando. No te agotas.- Yo no me agoto. ¿No me has visto? - Cierto perra. Pareces una sardinilla dando vueltas sin parar a la piscina.- nananananana...venga. A por los 80 largos.
Nadamos 70-80 largos depende del día. A pesar de lo grande que es Juan y de que sus brazos son casi igual de largos que mis piernas, mantenemos un ritmo de brazada que hace que nunca nos molestemos mutuamente. Salimos contentos, felices y bastante satisfechos.
Tras mi paso fugaz por el vestuario para ducharme y vestirme, me toca esperar unos 10 minutos en el pasillo a que Juan salga de su vestuario. Le oigo hacer pandilla en el vestuario con otros machotes. Le oigo hablar de rodillas, cartílagos, las excelencias del baloncesto frente al fútbol y pontificar sobre lo horroroso que es desayunar.
- Hola guapa...¿llevas mucho tiempo esperando?- Se me ha secado el pelo...asi que imagina. Y que sepas que desde el pasillo se oye toda la conversación. - Bueno es saberlo..a veces hablamos de sexo.
Le acompaño después a la compra. Una compra absurda. Una compra de tío maniático. Mientras pululamos tenemos una conversación muy seria, muy seria sobre un tema muy importante...interrumpida por comentarios absolutamente estúpidos. Somos una peli de Woody Allen.
- Canónigos, rúcula..me encanta la rúcula, escarola. - Compra berros...a mí me gustan los berros. - No puedo. - ¿Por qué? ¿No te gustan? ¿Has leído alguna absurdez en internet?- Me encantan, pero la bolsa solo pesa 100 gramos...- ¿YYYY??- Que mis ensaladas son de 150 gramos.- ¿YYYYY? Compras dos bolsas de 100 o 3 bolsas de 100 y así usas bolsa y media por ensalada. - Eso es un follón de gramos..ni hablar. Solo bolsas de 150 gramos. - Estás enfermo o loco o te ha entrado cloro por la nariz con el tubo ese absurdo de nadar. - ¡ QUE DESASTRE!! - ¡Qué pasa ahora?- No hay fanta zero de naranja. - Pero..¿eso existe?- Claro, es mi bebida favorita....- Vámonos ya...antes de que te acabe pegando con algo.
Volvemos a casa comiendo monedas de chocolate que Juan me ha comprado para compensarme de mi semana infernal. - ¿Ha sido muy horrible tu semana?- Espantosa. - Podría ser peor, podría llover. - ¿Mañana a la misma hora? - Por supuesto, guapísima. Y ya sabes, si quieres llorar, me mandas un wasap que ponga "porno", lo busco y te llamo y hablamos.
Y así todos los fines de semana. Tengo mucha suerte.