Por las mañanas me levanto y leo la prensa. Bueno ya no porque la noche anterior bien se puede vislumbrar cuál será la novedad y además, durante el día, irán cambiando los trending topic de las redes sociales y, por consiguiente, las noticias. Una de las nuevas será sin duda el rifirrafe tuitero de ayer entre aquellos dos diputados, y otra será el desmentido y la denuncia por publicaciones falsas al partido de extrema derecha (por ejemplo, creo que así será válido prácticamente en cualquier momento).
Me pregunto cuándo decidió el periodismo estar al loro de las redes sociales como si fuesen casas reales. Prensa rosa o azul, redes sociales o casas reales (desconozco si ya está reservado el color azul para otro ámbito). Estar a canutazos con las redes sociales o esperar a que salten los indicadores de los contadores de retuits y megustas. Una noticia era otra cosa. Pero qué podemos hacer ahora si, sin darnos cuenta, se han convertido en un medio oficial utilizado con el fin de que nos enteremos de cosas. Medio oficial para sea lo que sea, para "cosas".
Rebusco y veo que hace casi cinco años publicaba este artículo sobre la libertad de prensa en los medios de comunicación en el que reflexionaba ya en esta idea, recalcando que los medios como telediarios y periódicos debían ser objetivos además de hacer hincapié en la gravedad de la propagación de noticias falsas: "[...] siempre mostrando la información real para que el espectador la conozca y a partir de ahí pueda construir su propio criterio. Para el usuario o ciudadano interesado, es muy difícil contrastar la información que le llega a través de diversos medios de comunicación, por falta de tiempo, por falta de conocimientos de búsqueda de información o por muchos otros motivos". Simplemente por no ser usuario, añado ahora.
¿Desde cuándo realizamos la misma acción tanto para comunicarnos como para reclamar, para consumir, para ligar o para informarnos o incluso alertarnos? También me pregunto desde cuándo se trituró la información objetiva, la oficial o contrastada, con la opinión. Desde cuándo un titular es una manipulación virtual de la realidad.
Imagino hace dos mil años cómo se recogían las noticias de los acontecimientos más importantes para mantener informado al pueblo. Pero imagino también un momento, sugiero que posterior al anterior, en el que alguien se dio cuenta que lo más valioso de las noticias era su veracidad.
Termino mi vaso de leche al mismo tiempo que entro en la red y leo "Facebook elimina cientos de miles de bulos sobre la covid-19". Y con esto ya sabré la noticia de mañana.