Actualmente, los trasplantes dependen de la preservación de órganos donados que durante el intervalo desde que se extraen hasta que son implantados, deben ser mantenidos a baja temperatura, para enlentecer su metabolismo. El método es un tanto tosco, ya que en lo esencial se le puede describir como "poner en hielo" los órganos, y no es raro que se dañen.
Gracias a una nueva máquina, ya es posible mantener con vida y funcionando fuera del cuerpo un hígado humano donado, y luego trasplantarlo con éxito a un paciente que necesita un hígado nuevo, sin las limitaciones y riesgos inherentes al método tradicional de conservar un órgano fuera del cuerpo.
Con este aparato se ha logrado por vez primera mantener un hígado humano vivo y funcionando fuera del cuerpo del paciente, y son ya dos los hígados preservados de este modo y trasplantados con éxito a pacientes.
Esta máquina, diseñada en la Universidad de Oxford en el Reino Unido, podría duplicar la cantidad de hígados viables para trasplantes, al preservar hígados que de otro modo serían clasificados como no aptos para el trasplante. Esta tecnología actualmente está siendo probada con humanos en el Hospital del King's College de Londres.
Los dos pacientes que han recibido un trasplante de hígado preservado por el nuevo aparato se están recuperando satisfactoriamente de la operación.
La máquina, desarrollada por el equipo del profesor Constantin Coussios del Departamento de Ciencias de la Ingeniería en la Universidad de Oxford, es capaz de mantener en funcionamiento un hígado fuera del cuerpo durante 24 horas. A un hígado humano donado que esté conectado a este dispositivo se le eleva su temperatura hasta la del cuerpo, y a través de sus capilares se hacen circular glóbulos rojos oxigenados. Una vez conectado a la máquina, el hígado funciona normalmente como lo haría dentro del cuerpo humano, exhibiendo su color normal e incluso produciendo bilis.