Ahí donde lo ven, con su carita de abejón de mayo dormido, este es, sin duda hijo de las grandes europeas que dictan que es mejor la experimentación sobre la escuela, o lo que es lo mismo la practica hace al maestro; por eso le encontraremos dentro de la corriente de los pintores franceses post-modernistas junto con Van Gogh, Toulouse-Lautrec y Cézanne; pero pocos saben que, el ahora reclamado como legado francés fue en realidad suramericano por nacimiento aunque haya visto la luz en Paris en 1848, y no extrañe entonces el lugar de su muerte Atuona, Polinesia francesa, 1903, y realmente pocos sabrían que también fue escultor…
El resto de su vida lo pasó en Tahití y en las islas Marquesas, a excepción de una visita a Francia. Se evade de la sociedad de su época para encontrar en un entorno y entre gentes no corrompidas por el progreso, las condiciones de autenticidad e ingenuidad primitiva en las que puede florecer su pintura. Su exploración de la naturaleza y de las gentes de lejanos países no es más que una vuelta al exotismo romántico.
Pero incluso aquí, las cosas no le fueron fáciles y Gauguin acabó desesperado, enfermo, alcohólico y solo, hasta que en 1903 muere.
Para La Coleccionista de Espejos:
YKM