Una mirada sabia.

Por Joanpi @joanpi
Se cuenta que un buen día, un padre de familia rica y muy acomodada, llevó a su hijo de viaje por una zona rural con el firme propósito de que el joven valorara lo afortunado que era de poder gozar de tal posición y se sintiera orgulloso de él.Estuvieron fuera todo el fin de semana y se alojaron en una granja donde vivía gente campesina muy humilde. Al finalizar el viaje y ya de regreso a casa, el padre le preguntó al hijo:-¿Qué te ha parecido el viaje que hemos hecho?-¡Muy bonito papá!-¿Te diste cuenta de lo pobre que puede llegar a ser la gente?-¡Sí papá!-¿y qué aprendiste, pues?-Muchas cosas papá: vi que nosotros tenemos un perro y que ellos tienen cuatro. Nosotros una piscina pequeña en el jardín y ellos todo un arroyo sin fin. Nosotros tenemos unas lámparas importadas en el patio y ellos tienen las estrellas. Nuestro patio está cerrado con vallas y ellos tienen todo el horizonte. Ellos tienen tiempo para hablar y convivir cada día en familia mientras que tú y mi mamá tenéis que trabajar tanto que casi nunca os veo.Al terminar el hijo el relato de lo que había aprendido, el padre se quedó mudo. Su hijo añadió:-¡Gracias papá, por enseñarme lo ricos que podemos llegar a ser!.Aplícate el cuento, Relatos de Ecologia Emocional.
Jaume Soler y Mª Mercè Conangla. Amat Ediciones