En este aspecto el Salón del Manga de este año ha sido un caos. Mientras Ficomic hablaba de 3 horas de espera y colas, algunos afirmaban 5 horas. Y con lo que he visto, me creo las 5 horas o más. A pesar de que este año habían duplicado el espacio, de 17.000m a 35.000m no ha sido suficiente, por lo que el año que viene, volverán a duplicar el espacio y esperemos que todos los asistentes puedan entrar al adquirir su entrada y se suavicen las colas.
Fuera de este problema, que, según lo oído, se recordará más que el propio salón, el resto como cada año, muchas paradas con merchandising y pocas con manga para leer. La culpa de esto la tienen principalmente las editoriales, que cogen una megaparada para vender su material, en vez de dejar que sean las tiendas las que lo hagan, que es como debería ser. Pero les sale muy rentable vendiéndolo directamente ellos en los salones, ahorrándose al intermediario y mordiendo la cola de los que le dan de comer. Y ya que esto está permitido da igual que las tiendas se quejen, nada pueden hacer. Un problema que parece no tener solución.
Pero volviendo al evento, lo primero con lo que me encontré al entrar al salón fue la exposición de Dragon Ball, con material inédito, posible gracias a la colaboración de Selecta Visión y Toei Animation. Desde Japón llegaron reproducciones (settei) de los diseños de personajes de Dragon Ball Z, un material que es de uso interno y que se pudo disfrutar en este salón del manga.
También se pudo disfrutar de 4 cuadros en la exposición de Marta Nael, una ilustradora que cada vez va ganando más fans y es que su trabajo no pasa desapercibido. Entre las exposiciones, la que nos llamó la atención fue poder ver originales de Bakuman dibujado por el excelente Takeshi Obata (Death Note).
La exposición de Nuestros Magakas hizo un recorrido sobre los autores españoles que han hecho manga desde los 80, hasta la actualidad. Un apartado muy interesante lleno de nombres y personajes conocidos. Y por supuesto, los fans de One Piece también pudieron deleitarse con la expo One Piece y Toriko con reproducciones inéditas del anime y el manga.
Las paradas de comida, actividades, exposiciones, autores invitados… no faltaron este año tampoco. La parte de los videojuegos tan solicitada como siempre.
Algo que encantó a muchos asistentes fueron las exhibiciones de sumo, un extra muy interesante en esta edición y que tuvieron lugar el viernes. El deporte, como ya vino anunciando Ficomic, estuvo presente en esta edición del Salón del Manga, y como no, tuvo su espacio. Se hizo un recorrido por las obras manga centradas en el deporte, que estuvo a cargo de Marc Bernabé.
El concurso de cosplay fue el sábado y estuvo muy reñido. Hay que reconocer el trabajo de los que participaron, así como de los que no lo hicieron, pero llevaron cosplays muy bien logrados de sus personajes favoritos.
A continuación os dejamos con algunas fotos de lo que allí nos encontramos: