Una misma realidad, pero en mundos diferentes

Por Mbbp

CÓMO DAR FEEDBACK

A menudo creemos dar o recibir feedback, cuando en realidad no es eso lo que damos o recibimos de los demás, sino simples juicios.

He impartido muchas clases sobre cómo dar y recibir feedback. Resulta sorprendente hasta qué punto confundimos dar información, esto es, datos concretos, con emitir juicios sobre lo que nos ha parecido una actuación determinada. Si por ejemplo les pido a una serie de alumnos que den feedback sobre lo que les ha parecido una presentación de uno de sus compañeros, lo habitual es que se utilicen expresiones como: “le ha faltado fuerza a tu presentación”, “Has conseguido conectar poco con tu audiencia”. Incluso aunque las expresiones sean de carácter positivo, no sirven para mostrarle a la persona que está recibiendo esa información en qué puede mejorar.

Hay muchas personas que quisieran hacer mejor lo que hacen. Para ayudarles a lograrlo, tenemos que ser mucho más precisos en los datos que aportamos, de tal manera que todos entendamos perfectamente de lo que hablamos. Es muy diferente decir por ejemplo: “no conectas con la gente”, a decir: “Creo que conectarías mejor si mientras hablas, aunque fuerza durante breves segundos, nos miraras a cada uno de nosotros”.  Y, podríamos seguir: “Como punto de mejora te propondría , para que tú evalúes – y fijaos en que las palabras no se eligen al azar- lo siguiente: en momentos en que digas algo que tiene especial relevancia, podrías aumentar el énfasis en tu tono”.

Estamos todos muy acostumbrados a pensar que lo que está claro para nosotros, también está claro para los demás. Si yo le digo a alguien que no me está tratando con respeto, doy por hecho que la otra persona sabe exactamente de lo que hablo, cuando en realidad no es así. Cada uno tiene su manera de interpretar lo que significa no sentirse respetado. Sin embargo, la precisión en el lenguaje, buscando términos más objetivos, permite que nos entendamos todos mejor.

La gran dificultad está en hacer este ejercicio de transformar nuestros juicios tan llenos de subjetividad en la expresión de unos conceptos mucho más objetivos y por tanto mucho más comprensibles para todos. Muchos conflictos, desavenencias y malentendidos no sucederían si no hiciéramos tantos supuestos acerca de lo fácil que es entender lo que decimos. Por eso todavía nos llama tanto la atención cuando le decimos algo a una persona y reacciona de una manera que nos desconcierta. Tal vez lo que creíamos que estábamos emitiendo en nuestra conversación no es lo mismo que le ha llegado al receptor. Recordemos que todos vivimos en la misma realidad, pero en mundos diferentes. Cada uno de nosotros interpretamos las cosas de acuerdo a nuestra historia particular, nuestras experiencias previas y nuestra manera particular de ver el mundo.

Mario Alonso Puig, La respuesta.

VN:R_U [1.9.10_1130]