Desde la antigüedad hasta la actualidad, la ciencia ha sido la última herramienta del hombre en el intento de comprender cómo funciona el mundo natural, con la evidencia empírica como base de esa comprensión. Sin embargo, se han registrado muchos casos en los que incluso la ciencia no puede explicar ciertos fenómenos que algunos podrían denominar como misterios inexplicables que van más allá de toda lógica y racionalidad.
¿Cómo puede ser que una explosión 1000 veces superior a la bomba de Hiroshima en Tunguska no se cobró vidas humanas? ¿Cómo puede ser que las personas se incineren vivas sin una fuente externa de ignición? ¿Por qué un grupo de montañeros murió en extrañas circunstancias al norte de los montes Urales sin que ha día de hoy haya una explicación? ¿Y por qué hay un puente en Escocia que hace que los perros se suiciden?
Estos son solo algunos de los extraños fenómenos que la ciencia no ha podido explicar. Y aunque parezca increíble, en pleno siglo XXI continúan ocurriendo casos similares. Investigadores del estado estadounidense de Washington están tratando de resolver un misterio aparentemente meteorológico: la caída masiva de árboles en el Parque nacional Olympic.
Cientos de árboles arrancados misteriosamente
Cientos de árboles cayeron misteriosamente en un área cerca del lago Quinault, al oeste del estado de Washington, justo después de la medianoche del 27 de enero. Cliff Mass, meteorólogo de Seattle y profesor de ciencias atmosféricas en la Universidad de Washington, está tratando de descubrir el por qué.
De acuerdo con Mass, los primeros informes parecían indicar que una micro explosión fue la causante de la caída de árboles. Sin embargo, el meteorólogo estadounidense se mostró escéptico con la posibilidad de que los vientos de una micro explosión fueran los suficientemente fuertes para derribar árboles grandes, sobre todo porque algunos cayeron mientras que otros parecían haber sido partidos desde la base del árbol.
“Hablé con Logan Johnson, jefe meteorólogo de la Oficina del Servicio Meteorológico Nacional en Seattle”, explico Mass al portal meteorológico The Weather Channel. “Sugirió que para romper árboles tan grandes se necesitarían vientos de al menos 110 a 130 kilómetros por hora. Tal vez más.”
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