Una mosca en día de difuntos... Caramelos o susto!

Por Grumete
Llegado el otoño, vuelven a nuestra vivienda los visitantes de todos los años. Uno de los que mas curiosidad me despiertan son las moscas de la fruta Ceratitis capitata. Son una pesadilla para los agricultores puesto que echan a perder mucha fruta, pero eso no quita que puedan ser unos seres sorprendentes.
Recuerdo haber visto su comportamiento en un documental, y tambien en una ocasión en mi casa. La fotografía que encabeza la entrada es la de una de estas moscas cuando se posa. Podemos advertir lo curioso de su diseño. Unos puntos negros en el tórax y manchas marrones en las alas sobre fondo transparente. Cuando se desplaza, lo hace adoptando una posición curiosa, girando las alas de una forma muy curiosa. Cuando se aproxima a otro insecto o a una araña comienza un baile curioso a su alrededor, preocupándose de mostrar bien sus alas. En esta foto que se muestr arriba a la izquierda, podemos ver como las manchas de sus alas, cuando adoptan esta posición se parecen a las patas de una araña. por ello, ese baile alrededor de los extraños. La mosca pretende mostrarse como un araña, e incluso llega a engañar y poner en fuga a las propias arañas.
Un inconveniente de este comportamiento, es que si bien puede valorar la situación delante de sí misma, su espalda aparece vulnerable. Si echamos un vistazo a la mosca desde su espalda, podemos comprobar el efecto de su diseño. En la siguiente foto, aparece una mosca vista desde atrás. Entonces es cuando advertimos la función de los puntos negros, que parecen los ojos de una araña saltarina (de la familia salticidae), y las manchas de las alas, que simulan las patas de la araña. De este modo, cualquier depredador que aceche a la mosca por detrás, se lo pensará dos veces, ya que lo que realmente parece es una araña con potentes quelíceros llenos de veneno... Es por esta maravilla adaptativa, que a pesar de los chandríos que provoca en los cultivos de nuestros agricultores a mi me inspira la simpatía que estas cosas despiertan siempre en los naturalistas...