Una muerte digna

Publicado el 09 abril 2019 por Salva Colecha @salcofa

Eutanasia: εὖ (bien)- θάνατος (muerte); buena muerte.

Hay días en los que el corazón se te rompe por la mitad porque realmente no sabes que camino es el bueno. Por una parte te han enseñado a dar por sentado aquello de que “la ley está para cumplirse” pero, ¿Qué hacemos cuando la Ley no funciona como debiera y provoca dolor y sufrimiento? Me refiero por supuesto al calvario que ha padecido Ángel al haber hecho lo que su conciencia, amor y humanidad le han dictado, y eso ha de respetarse, como mínimo. Vaya por delante que firmo  lo que se cuenta que le dijeron los policías lo detuvieron “Es la ley, pero habríamos hecho lo mismo que usted”. Como supongo que la gran mayoría de los que no podemos ni sospechar el sufrimiento de María José, 61 años, enferma de esclerosis múltiple en su fase terminal. Ha de ser muy duro tener que facilitar la muerte al ser querido pero más todavía ver el padecimiento sin esperanza de una persona amada a la que ves apagarse como un cirio, prefiero ni pensar que cualquiera puede verse en esa situación (si, también los que se aferran a ese catecismo amarillento, edición Trento). Hay veces en los que el Derecho va tan atrasado que todavía no se ha dado cuenta de que los Derechos Humanos defienden la vida, por supuesto, pero hay estadios en los que la vida puede llegar a ser un rosario de padecimientos, es entonces cuando el Derecho a la Vida debería comprender la opción a poder acabar con la propia vida.  Igual ha llegado ya la hora  de que las personas puedan pedir ayuda para irse cuando su vida ya no puede ser vivida. 

No me entra en la cabeza como una sociedad que se crea civilizada como la nuestra todavía tenga que enfrentarse a situaciones en las que alguien sufra hasta límites insospechados, ya ocurrió con Ramón Sampedro, allá por 1998 y no fuimos capaces de entender nada. Ahora hemos conocido el caso de Mª José y continuamos igual.  Los que  rezan a la piedad o la dignidad de la vida no son capaces de hacer nada por esos enfermos o esos ancianos que solo encuentran dolor y sufrimiento en unas vidas que a menudo son fruto de un ensañamiento de la evolución de la medicina ¿Aceptar que puedan poner fin libremente a su tormento no podría ser entendido como un acto de compasión?  Muchos países de nuestro alrededor ya se han enfrentado al tema y tienen bien legislada la eutanasia y el suicidio asistido ¿Qué porqué nosotros no?  Pues resulta que la caverna “pseudomoral” del PP, ayudados por Ciudadanos se aferraron a una especie de “moral del medievo” o vete tú a saber e  impidieron que el Congreso aprobara este año la ley de eutanasia impulsada por el PSOE y Podemos. Con esto provocaron que Ángel se tenga que enfrentar a la justicia y a desaprensivos vestidos de periodistas, ávidos de sangre, dispuestos a hurgar en la herida, en directo,  para sacar unos puntos de share”. Y todo por hacer algo que puede entenderse como un acto de compasión extrema. 

Parece que a algunos no les entra en la cabeza que reconocer un derecho no obliga a nadie, simplemente ofrece una posibilidad más. El que por moral o creencia no acepta la eutanasia tiene toda la libertad del mundo para rechazarla y abominar de ella, pero no por eso negarla a quien haya decidido libremente que no quiere seguir sufriendo inútilmente porque al igual que sus convicciones le llevan a pensar que no se debe quitar una vida, también deberían decirle que tampoco se debe obligar a la existencia contra natura de ella. Supongo que después de estos hechos será difícil a la derecha seguir bloqueando la legalización de la eutanasia pero llega tarde, demasiado tarde para Ramón, para Maria José, para todos aquellos que padecieron cruelmente hasta el último de sus días y para todos los que tuvieron que ver como la vida de sus seres queridos se apagaba entre dolores y sufrimientos de la manera más inhumana y cruel porque en el Congreso existe quien cree firmemente en eso del  “Lacrimarum Valle”.