Hoy es el día internacional de la mujer. Un homenaje a nuestras madres, mujeres, hijas, amigas… Un día en el que debemos recordar que la mujer todavía sufre discriminación en todo el mundo. Más o menos acentuada, pero en todo el mundo
Podía haber escrito un panegírico, un manifiesto, una proclama sobre la mujer para unirme al homenaje, pero he preferido hacerlo hablando de una mujer excepcional. Una pintora injustamente silenciada. Porque la mujer, también es discriminada a la hora de recibir agasajos, premios y fama, siempre le cuesta más. Siempre en segundo lugar. Y la mujer de que os voy a hablar es la pintora gallega Maruja Mallo.
Cuatro rasgos sobre una mujer excepcional, gallega de nacimiento, llega a Madrid a los veinte años para estudiar en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. En el Madrid de los años 20 coincide con la élite intelectual de la época, Dalí, María Zambrano, Lorca y especialmente Alberti, con quien mantiene una relación más intensa.
Ya con la república proclamada, y comprometida con ella, marcha a París donde conoce a a Magritte, Max Ernst o Miró, y participa en
Una mujer libre, feminista, republicana, solidaria, rebelde. Una mujer que se hizo a sí misma, que se rebeló contra el machismo y que conquistó su parcela de arte con su trabajo, sin que nadie le regalara nada.
Uno de los motivos de elegir a Maruja Mallo es que en Madrid hay una gran oportunidad para conocer su obra. Hasta el 4 de abril, se celebra una exposición antológica suya, una maravilla que si tienen ocasión no deben perderse. Se encuentra en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en la calle Alcalá, a la altura del metro de Sevilla.
Allí podrán ver una colección muy importante de su obra y unos vídeos que hablan de su vida. Una iniciativa cultural muy interesante.
Hoy ocho de marzo es un día para reflexionar, y pensar que si Maruja Mallo hubiera sido hombre, estaría entre los mayores y más conocidos artistas del siglo XX. Al ser mujer ha sido una adelantada que abrió el camino para que hoy estemos un poco más cerca de la igualdad.
Salud y República