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'Una mujer, una pistola y una tienda de fideos chinos': Avaricia contagiosa

Publicado el 23 mayo 2011 por La Mirada De Ulises

[6/10] Todo el universo que los Coen volcaron sobre “Sangre fácil” lo recoge ahora Zhang Yimou en “Una mujer, una pistola y una tienda de fideos chinos” para trasladar la tragedia humana a las tierras chinas y darle un toque localista. Con este título tan curioso, el director de “Hero” levanta una comedia de humor negro en torno a la avaricia, que termina conduciendo a la muerte a unos personajes tan esperpénticos como torpes en sus pasos. El maltratador y dueño de una tienda de tallarines, su infiel y vengativa esposa, unos empleados honestos pero con más miedo en el cuerpo que luces en su inteligencia y un policía corrupto serán los peones del destino para este drama que da sus primeros pasos en tono paródico para terminar de modo fúnebre y fatalista.

“Una mujer, una pistola y una tienda de fideos chinos”: Avaricia contagiosa

No hay risas –al menos para el espectador occidental– ni aires festivos en esta historia de amores imposibles y codicia autodestructiva, a pesar de ese comienzo en que se vende pólvora a los chinos y Yimou nos hace una demostración circense y malabarista con la masa de la pasta. De conseguir la distancia frente a la realidad y quitar todo viso realista a la cinta se encargan unos grandes angulares que distorsionan el entorno, una puesta en escena teatral pero que Yimou transforma en cinematográfica gracias a los acusados contrapicados y al empleo de la cámara subjetiva, con ralentíes y aceleraciones de cámara que rompen la lógica temporal o con la inserción de escenas oníricas que sumergen a nuestro tristes personajes en una pesadilla continua.

“Una mujer, una pistola y una tienda de fideos chinos”: Avaricia contagiosa

Con todo, el director consigue ambientes cargados e irrespirables en los que las debilidades humanas y el peso de la culpa terminan socavando las mejores disposiciones. Un encadenamiento de equívocos y situaciones azarosas, unas pistas falsas que confunden el escenario del crimen y una voluntad de tapar el pasado se convierten en instrumentos para que el amor, el orden y la justicia se muden en muerte entre las flores… y hagan que la pareja enamorada, el mejor policía y los leales empleados terminen enterrados por su avaricia y ajenos a lo que la realidad les ofrecía. Es un universo de pasiones que trascurre bajo esos cielos cambiantes y pesados que acelera la cámara de Yimou, como queriendo dar a entender que así es el mundo de los hombres desde que la tierra fue habitada.

“Una mujer, una pistola y una tienda de fideos chinos”: Avaricia contagiosa

Conseguidas las atmósferas tristes y fatalistas, a menudo en plena noche y a la luz de la luna y con un abusivo empleo del sonido, los personajes se mueven de manera autómata y desconectados de su entorno, entre bufonadas y trompicones, con una gestualidad acusada y una carencia de vida interior: son caricaturas del destino o marionetas del teatro chino más popular que tratan de esquivar el golpe mortal de esa pistola, de esa pasión, de esa inclinación… Sin duda, los Coen deben alegrarse de que un maestro como Zhang Yimou haya realizado este remake de su película y respetado su aliento original. Gustará a los amantes del género, pero no tanto a los apasionados del director chino pues estamos ante una rara avis en su filmografía, sin la espectacularidad ni acción wuxia de “La casa de las dagas voladoras”, sin el preciosismo de “La maldición de la flor dorada”, sin la emoción de “El camino a casa”… y con todo el pesimismo y humor negro del thriller de los Coen.

Calificación: 6/10

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En las imágenes: Fotogramas de “Una mujer, una pistola y una tienda de fideos chinos”, película distribuida en España por Golem © 2009 Beijing New Picture Film. Todos los derechos reservados.


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