(Referentes femeninas XI)
Los prejuicios hicieron que nunca pensara en incluir en esta sección a Selena Gómez, que fue una "niña Disney", pero escalón a escalón, esta actriz, cantante y empresaria ha demostrado, con mucho más ahínco justo por esa condición de prodigio de la televisión familiar, que es una mujer capaz de construir un entramado artístico y empresarial muy potente. Si la traigo a esta sección es porque llevo una rancha en su compañía con la serie Sólo asesinatos en el edificio, que produce y también protagoniza, junto a Steve Martin y Martin Short. Se trata de una propuesta fresca, con capítulos cortos de poco más de media hora y que se hace eco de la corriente de investigadores no profesionales que gustan de los podcast d e True Crime en Estados Unidos. El humor negro y el absurdo se alían con la intriga para hacer un producto muy entretenido que engancha, con un elenco de actores y actrices que destacan por ser naturales (con sus filias y fobias). Ya de por sí es bastante innovador que el trío protagonista sea un grupo de amigos compuesto por una joven y dos señores mayores, lo que se aleja de lo habitual en las series policiales o de investigación a las que estamos acostumbrados, donde suele aparecer un dúo protagonista, cuyo atractivo físico deriva en que, en alguna temporada, terminen por tener alguna relación romántica.
En esta serie, Selena Gómez interpreta a una mujer joven que intenta enfrentarse a los traumas que afectan a su salud mental y que la han convertido en una persona solitaria. La normalidad de su personaje hace que nos olvidemos de la cantante premiada. Mabel se arregla cuando toca (y está maravillosa) y se enfunda un cómodo chándal dentro de su casa. Y es en este punto donde también me parece que Gómez merece considerarse un referente femenino, porque está llevando a cabo una importante lucha en redes sociales a favor de los cuerpos que cambian con el tiempo y eso es fundamental cuando se tienen, como ella, más de 400 millones de seguidores en Instagram y más de 60 en Tik Tok.
En 2015, Selena Gómez se retiró durante un tiempo para sanar sus heridas físicas y psíquicas. Su salud mental no pasaba por el mejor momento tras ser diagnosticada de Lupus, una enfermedad inmune por la que tuvo que recibir quimioterapia y que derivó, en 2017, en la necesidad de someterse a un trasplante de riñón, para salvar su vida. Quienes hemos vivido de cerca lo que requiere una operación de ese calado sabemos que no acaba con la recuperación posterior al paso por el quirófano. Estas personas requieren una medicación de por vida que, en ocasiones, puede llevar a aumentos de peso o hinchazón en diferentes zonas del cuerpo (incluidas unas mejillas adorables que dan ganas de pellizcar). Así que el cuerpo de Selena Gómez ha cambiado en los últimos años y ella ha sabido compartir ese proceso, con sus sombras y sus luces, y ayudar a otras personas a sentirse bien con su cuerpo. Esto es un trabajo diario, ella misma se recuerda en sus perfiles que a veces le cuesta darse cuenta de lo maravilloso que es estar en ese cuerpo y sentirse bien.
Así que sí, Selena Gómez es un referente femenino porque es una artista latina, mujer, empresaria, paciente de Lupus, defensora de la lucha en favor de la salud mental, y capaz de exponer sus inseguridades y de mostrar un cuerpo que es perfecto tal y como es.
En estos días, la artista está compartiendo su trabajo como actriz en la película Emilia Pérez, del director Jacques Audiard, que se estrenará en la edición número 77 del Festival de Cannes, que se desarrolla del 14 al 25 de mayo. Que la suerte la acompañe.