Era una noche tranquila como cualquier otra, me encontraba en mi casa preparando la cena con mi marido… Siempre nos gustó cocinar juntos , en estos 10 años no ha habido un solo día en el que pidamos un delivery.
Yo cortaba el morrón rojo, mientras él salteaba una cebolla.
El aroma se sentía en toda la casa, y aún no sabíamos que íbamos a cocinar, solo arrancabamos con algo y el resto salía solo.
Salteada la cebolla, le agregamos el morrón, pero algo estaba faltando y no sabía que… Que le podemos poner a esta comida que nos haga variar en la monotonía diaria, no lo sé…
Estoy pensando y suena el teléfono, ¿quién llamaría a las 10 de la noche?
Era mi hermana, que había sufrido un accidente, y rogaba la busquemos en una ruta donde nadie nunca pasaba. ¿Qué hacía ahí? Me pregunté…
Apagamos rápido todo y nos fuimos a buscarla.
Era una noche estrellada, con una hermosa luna, nunca la había visto tan grande y tan bien reflejada en ese mar azul.
Hacía mucho frío, y en el apuro por la preocupación salí en pantalón corto.
Blanco era mi aliento, que se notaba cada vez más en esa noche oscura…
Una hora ya transitamos en la ruta, esperando encontrar a mi hermanita, solo cruzamos un auto, que nos pasó a toda velocidad para el lado contrario.
Creí escuchar un grito, pero seguí manejando, pensando que la podría encontrar.
La llamo por teléfono y me atiende un hombre.
Pasame con Emilse le dije. Y me cortó.
Hermana, ¿¿donde estás??
Llegamos al lugar del accidente, a su auto le faltaba una rueda, y tenía el frente chocado.
Se veían huellas de botas, como de un hombre de gran tamaño, un poco de sangre, y cerca de la puerta más huellas, pero esta vez, parecía que era de ella, primero sus piecitos, no calza más de 36, y luego como si la arrastraran por el barro.
Encontré su bufanda, vuelvo a llamar, el teléfono está apagado.
Mi amor?? Volvamos por la ruta, la tenemos que encontrar!
En el camino llamamos a la policía, vamos a 140km por hora, debemos volver a encontrar al auto que nos cruzó a la ida.
La debemos encontrar.
150km por hora, 160…
Allá!!! Un auto!! Pero… Está abandonado, no hay nadie aquí.
Entramos al descampado, con mucho miedo y esperando encontrarla con vida.
Y ahí, cuando todavía tenía esperanzas, me tropecé en la oscuridad con algo. Era un montón de tierra, como una tumba.
Desesperada cavo con mis manos, para encontrar lo peor.
Chau hermanita querida, siempre te voy a recordar, dulce y hermosa como eras.