Pienso que el énfasis de la experiencia brindada por BARcelona es en las sensaciones, formuladas en principio por su fenomenal ambiente que ofrece amplitud, elegancia y exclusividad; apoyada luego por excelente servicio profesional y practicamente personalizado. Una vez ubicados cómoda y agradablemente, lo siguiente es concentrarse en complacer al paladar con sabores armónicos y una lista suficientemente amplia de vinos que viene apoyada con las recomendaciones versadas del sirviente.
Poco a poco, continuamos nuestra experiencia con una orden de croquetas clásicas de jamón para Concepción, y las almejas marinara para mi. El vino de elección fue La Crema Pinot Noir de Russian River Valley. Las croquetas eran generosas y hechas a la perfección, en su consistencia y sabor. Las almejas son grandes, osea bien grandes y bellas, ligeramente cocidas al vapor, y servidas en una salsa marinara de tomarte, ajo y perejil (hasta donde pude notar). Ambos platos reflejaron armoniosamente sobre el vino en la copa, y enriquecieron nuevamente el momento y nuestra conversación.
Degustamos, departimos, y disfrutamos lentamente hasta que llegó la hora del dulce. Mi acompañante pidió tomar el postre afuera en la terraza. Nos ubicamos bajo el cielo estrellado y en compañía de buen jazz contemporáneo, y ordenamos el arroz con leche al coco, y el churro español con salsa de chocolate caliente y helado de vainilla. A esto decidimos acompañar con una copa de Porto Fonseca Reserva 20 años. Tan solo esta parte de la cena nos tomó al menos una hora de dulce sabores, conversación y cariño. Aunque Concepción y yo no lo hicimos, el momento y el lugar era propicio para bailar una pieza o dos.
En una ciudad que cuenta con una oferta gastronómica fenomenal, BARcelona se destaca por su servicio profesional y suntuoso, en un ambiente sensacional y elegante-intelectual y cómodo, que te lleva a disfrutar sin comer excesivamente, ni gastar dinero de más, y a enfocar tus sentidos en el momento, los sabores, y la compañía que decidas traer contigo. En nuestro caso nos envió felizmente a casa y lo demás es historia. Es una experiencia altamente recomendada para quienes vivimos en esta metropolis, y para quienes nos visitan, y debe ser insignia de orgullo y caché. Muchas gracias TRUMP Ocean Club Panamá. ¡ Salud!