Revista Opinión

Una nueva "gran estafa" se cierne sobre España: un Gobierno de Concentración

Publicado el 21 julio 2012 por Franky
Han sido incapaces de unir sus esfuerzos en los momentos duros, cuando España los necesitaba, pero ahora, cuando ven en peligro su poder, los dos grandes partidos políticos españoles, el PSOE y el PP, expertos en trifulcas y en cuchilladas, hablan de unirse y de formar un gobierno de concentración. La verdad es que no se trata de un movimiento patriótico o de una conversión a la sensatez, sino de un intento de mantener el poder si España fuera intervenida. Los culpables del desastre quieren seguir en el poder también en el caos y el dolor que ellos mismos han provocado. --- Asustados porque la economía sucumbe, la calle se inflama y la quiebra del Estado y la intervención internacional son cada día más probables, los dos grandes partidos políticos españoles preparan una nueva "gran estafa" a los ciudadanos españoles para perpetuarse en el poder y mantener sus privilegios y ventajas incluso dentro del caos. Han empezado a hablar entre ellos y han dado órdenes a sus voceros y propagandistas para que planteen la necesidad de un "gobierno de Concentración", una fórmula de emergencia para conservar el poder, incluso cuando España sea intervenida y la furia popular estalle.

Algunos políticos y empresarios ya se reúnen en lugares apartados, lejos de las cámaras, para preparar ese futuro "gobierno de concentración", con el que los dos grandes partidos políticos culpables del desastre de España, el PSOE y el PP, pretenden mantenerse en el poder para conservar sus privilegios y seguir controlando a sus víctimas, incluso dentro de la rabia que se desate por el fracaso de una clase política que ha conducido al país hasta la pobreza, el fracaso y el dolor. Una de esas reuniones sospechosas se produjo el 19 de julio pasado, en el lujoso Hotel Wellington de Madrid, finalizada con un almuerzo en el que, según afirman, estuvieron José Bono, Eduardo Zaplana, Marcelino Oreja, Carlos Solchaga, Martin Villa, Fernando Suárez, Ángel Acebes, Fernando López Amor, Suárez Pertierra, etc...

Observen o escuchen las tertulias y descubrirán, a partir de ahora, como los "perros" al servicio del poder ya han recibido instrucciones para hablar en favor de ese futuro gobierno de concentración. Con esa fórmula, los partidos quieren evitar que la ira popular les condene a la desaparición, que los políticos culpables del desastre, como ha ocurrido en Grecia, sean penalizados por el pueblo indignado y que a España nunca llegue un Monti o un gobierno tecnócrata, libre de las trabas y compromisos de los partidos políticos, para encauzar la economía y enderezar el rumbo dramático de España.

El gobierno de concentración está siendo promocionado desde la trastienda, con sumo cuidado, como corresponde a un proyecto extremo de supervivencia, pero los dos grandes partidos quieren evitar por todos los medios que se sepa que es un proyecto de ellos mismos. Quieren presentarlo como una demanda popular, como una aspiración de los ciudadanos y para lograrlo han soltado a sus voceros. El 20 de julio, en una tertulia del medio dia en la Sexta, ya proclamaban las bondades de esa coalición de verdugos algunos servidores del poder, entre ellos uno que que fue alto cargo de la Junta de Andalucía y que goza de la plena confianza de un PSOE que quiere evitar por todos los medios que le ocurra como le ha ocurrido al PASOK griego, que ha quedado pulverizado como consecuencia de la furia ciudadana, que le culpa, con razón, del desastre económico, de la intervención, de las terribles penalidades que padece el pueblo y del fracaso general de Grecia.

El gran argumento que utilizarán los sometidos al servicio del poder para conseguir que los dos partidos que han hundido a España sigan mandando, pese a los estragos causados, es que un gobierno de concentración "es democrático" porque estaría respaldado y representa a la mayoría de los electores, mientras que una troika o un gobierno de tecnócratas es una imposición exterior. Pero el argumento olvida y oculta una realidad nueva y de enorme peso: los españoles, ante los daños causados por el PSOE y el PP, están tan indignados, cabreados y deseosos de cambio, que, con toda probabilidad, castigaría duramente a esos dos partidos en las urnas y apoyaría a partidos nuevos, sin responsabilidad en el desastre nacional, como ha ocurrido en Grecia. Es probable que, en una situación de fracaso e intervención externa de España, PSOE y PP juntos no consiguieran ni siquiera un 30 por ciento de los votos ciudadanos.

El gobierno de concentración es una artimaña de los grandes partidos para conservar su poder y sus privilegios, un truco para no tener que pagar los daños causados a la nación y para evitar el lógico y saludable castigo que merecen por sus errores, traiciones, corrupciones, arbitrariedades y estragos.

Lo lógico, si España es intervenida, es que los causantes del desastre, concretamente los dos grandes partidos que se han turnado en el gobierno y conducido a la nación hasta el despeñadero, asuman su responsabilidad, que el gobierno presente la dimisión y que dejen que los ciudadanos decidan en unas nuevas elecciones, que se convocarían cuando el desastre que ellos han provocado esté por lo menos frenado y en vías de solución. Un "gobierno de concentración" habría tenido sentido en 2008, cuando la crisis ya era demoledora y Zapatero la ocultaba miserablemente para no perder las elecciones y mantenerse en el poder. Entonces, el esfuerzo conjunto de los dos grandes partidos políticos habría sido un gesto patriótico y responsable, pero hoy es una nueva estafa, un movimiento más de engaño y manipulación que no tiene otro fin que mantener a los verdugos al frente de un poder que merecen perder por sus fracasos, mentiras, desvergüenzas y traiciones.


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