Una nueva preocupación, la estética genital

Publicado el 27 abril 2011 por Daniela @lasdiosas
‘Vagina’, ’vulva’, ‘concha’, ‘almeja’, ‘coño’. Muchos nombres para una sola realidad si no innombrable, sí bastante desconocida. La presión de la eterna juventud llega a la zona más oculta del cuerpo de las mujeres.

La noticia aparecía en la versión digital de un diario nacional: 400 mujeres de entre 18 y 76 años se habían ‘abierto de piernas’ para que un artista inglés, Jaime McCartney, realizara moldes de su anatomía genital. Un total de 400 vulvas, una tras otra, que se expondrán a los ojos del público de Brighton, en paneles de 40 imágenes, a partir de mayo, y de la que los berlineses ya han podido ver un avance. The great wall of vagina (el propio autor reconoce que el nombre correcto sería vulva) quiere ser, además de una exposición chocante, una reflexión sobre la relación de las mujeres con su anatomía.

La apariencia de sus genitales provoca ansiedad en muchas mujeres. Mi impresión es que la sociedad ha creado para ellas un nuevo motivo de preocupación. Como artista, estaba en una posición única para hacer algo al respecto”, comenta el escultor en su página web, donde, por cierto, también está a la venta un kit para hacer tu propio molde ‘vulvil’.

Operaciones ’estrella’.
’The great wall of vagina’. La obra de Jaime McCartney expone 400 moldes de la natomía genital de las mujeres; 400 vulvas.

Tras la idea está la alarma por las informaciones sobre el aumento de lo que en español se conoce como cirugía íntima o genital, una práctica que viene de Estados Unidos y Brasil y sobre la que es difícil tener datos exactos. El presidente de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE), Jaume Masia, reconoce que en los últimos dos años su demanda ha supuesto “un aumento importante”, aunque sigue siendo minoritaria y “supone tan sólo entre un 5 y un 8% de todas las intervenciones realizadas”. Teniendo en cuenta que en 2009 se realizaron en España 105.000 operaciones estéticas, entre 5.250 y 8.400 mujeres se sometieron a una intervención de este tipo en la sanidad privada, lo que en principio descarta una patología grave.

Juventud vs seguridad

“Existe una preocupación creciente por este tema y cada vez más mujeres demandan estas operaciones”, asegura L. G., una joven ginecóloga que trabaja desde hace siete años en la seguridad social canaria. Hay dos tipos de pacientes para estas intervenciones, comenta Masia: “la chica joven, con una asimetría o molestia manifiesta y la mujer de entre 50 y 55 años, preocupada por los cambios debidos a la edad y los embarazos y que desea un aspecto más joven que le permita disfrutar de su sexualidad durante más tiempo”.

En la web de Clínica Mediterránea de Barcelona puede encontrarse información sobre todos los procedimientos de la cirugía íntima. Aunque la descripción de las operaciones, muy completa, trata de ser estrictamente profesional, el campo semántico de la juventud aparece hasta seis veces al explicar las intervenciones femeninas, y sólo una vez en las masculinas, en las que se hace referencia a la confianza y la autoestima. Seguridad para ellos y juventud para ellas. ¿La tiranía del ‘eternamente joven’ llevada hasta sus últimos extremos?

Las cirugías estrella son el estrechamiento vaginal y el rejuvenecimiento. Muchas mujeres demandan un aspecto al estilo de una veinteañera o adolescente: labios mayores simétricos, labios menores por dentro y clítoris escondido; olvidando quizá que los cambios por la edad son normales en esta zona al igual que en el resto del cuerpo, y desconociendo el hecho de que, en la mayoría de las mujeres, los labios internos sobresalen de los externos. Es decir, que lo que se conoce como hipertrofia de los labios menores, algo que ha provocado sustos en más de una al escuchárselo al médico, es habitual y sólo debería tratarse en el caso de que cause molestias.

Y, sin embargo, algunas mujeres insisten en recortarse los labios o disminuir el tamaño del clítoris para encajar en un molde que los propios cirujanos rechazan. “No existe una normalidad, al igual que no la hay en ninguna parte del cuerpo”, asegura Masia de forma tajante. “No existe la vulva normal al igual que no existe la nariz o las orejas normales, aunque algunas puedan llamar más la atención”, corrobora L.G., la ginecóloga canaria.

Pero, ¿cuántas oportunidades tienen las mujeres de ver otras vulvas de modo detallado? No muchas, la verdad. La sexualidad femenina ha sido siempre algo privado, de lo que no se habla y que mucho menos se enseña o se compara. La periodista Sylvia de Béjar llega a sugerir en uno de sus libros que, alrededor de los 12 años, se debería regalar a las niñas un ‘kit de exploradora’, con espejo y linterna, para descubrir su propia anatomía y, a ser posible, la de alguna amiga, ya que es más fácil examinar los genitales ajenos que los propios.

Así las cosas, no es de extrañar que la única referencia que tengan muchas mujeres sea el porno, un mercado en el que suponen ya una de cada tres visitantes a páginas de contenido erótico, aunque el 70% de ellas lo oculte, y que en su mayor parte muestra mujeres jóvenes, con labios menores escondidos. Como comenta una de las voluntarias de la escultura a la que hacíamos referencia al inicio, “sólo tras ver mi molde junto al de las otras mujeres, caí en la cuenta de que no hay ‘normal’”.

Por ADELINA P. CAÑEDO / MADRIDFuente: diagonal