Grises son también los tonos de mi memoria al intentar recordar la trama. Lejana en el recuerdo ya no sé muy bien los detalles del argumento y he de recurrir a la web. Pero lo que sí permanece en la retina son las imágenes del aeropuerto inundado por la niebla, los grises que resaltan los primeros planos de Humphrey Bogart e Ingrid Bergman mientras se despiden. Un Bogart sobre ladrillos le habla a una Ingrid perfilada a la izquierda con el rostro suavizado cuidadosamente mediante filtros. Detalles cuidados al máximo pues Bogart era varios centímetros más bajo que Ingrid que siempre prefirió mostrar su lado izquierdo, más favorecido. Los ojos de la actriz resaltan en la pantalla proporcionando a su rostro una apariencia "inefablemente triste, tierna y nostálgica". Inolvidable la escena: ¿Quién dice que el gris no tiene color?
La vida es un conflicto entre el bien y el mal en el que nunca resulta un claro ganador. En Casablanca Rick Blaine, el protagonista deberá escoger entre el amor y la virtur, entre su amada Ilsa o hacer lo correcto. Su dilema será ayudarla o no a escapar de Casablanca junto a su marido. En ese ambiente de claroscuros se desarrolla la película. Y el final, moralmente luminoso, tiene lugar en un ambiente de niebla donde predominan los grises
Grises son también los tonos de mi memoria al intentar recordar la trama. Lejana en el recuerdo ya no sé muy bien los detalles del argumento y he de recurrir a la web. Pero lo que sí permanece en la retina son las imágenes del aeropuerto inundado por la niebla, los grises que resaltan los primeros planos de Humphrey Bogart e Ingrid Bergman mientras se despiden. Un Bogart sobre ladrillos le habla a una Ingrid perfilada a la izquierda con el rostro suavizado cuidadosamente mediante filtros. Detalles cuidados al máximo pues Bogart era varios centímetros más bajo que Ingrid que siempre prefirió mostrar su lado izquierdo, más favorecido. Los ojos de la actriz resaltan en la pantalla proporcionando a su rostro una apariencia "inefablemente triste, tierna y nostálgica". Inolvidable la escena: ¿Quién dice que el gris no tiene color?
Grises son también los tonos de mi memoria al intentar recordar la trama. Lejana en el recuerdo ya no sé muy bien los detalles del argumento y he de recurrir a la web. Pero lo que sí permanece en la retina son las imágenes del aeropuerto inundado por la niebla, los grises que resaltan los primeros planos de Humphrey Bogart e Ingrid Bergman mientras se despiden. Un Bogart sobre ladrillos le habla a una Ingrid perfilada a la izquierda con el rostro suavizado cuidadosamente mediante filtros. Detalles cuidados al máximo pues Bogart era varios centímetros más bajo que Ingrid que siempre prefirió mostrar su lado izquierdo, más favorecido. Los ojos de la actriz resaltan en la pantalla proporcionando a su rostro una apariencia "inefablemente triste, tierna y nostálgica". Inolvidable la escena: ¿Quién dice que el gris no tiene color?