Cementerio
Ese bosque de lápidas y cruces desplegadas en círculos en torno a una plaza central empedrada es una de las más inspirada representaciones del caos, del loco afán de la vida. Ni una palabra en minutos: solo la música bellísima de Ennio Morricone elevándose en bucles sonoros que parecen acompañar la errática y frenética búsqueda de Tuco entre las tumbas. Es una escena memorable. Siempre será uno de mis cementerios favoritos aunque, hoy en día solo sea una imagen virtual: el cementerio de Sad Hill ya no existe.
Con muy buen criterio los habitantes de la zona intentan recuperar la memoria de la cinta y rescatar los escenarios. Han surgido iniciativas turísticas al respecto e, incluso, el Geolodía (actividad divulgativa anual que se celebra en muchas de las provincias españolas) del año 2016 dedicó la jornada a recorrer la ruta de su rodaje y analizar el paisaje.
¿Y por qué no reconstruir el mítico cementerio de Sad Hill? Merecería la pena. Tienen mi visita asegurada.