Una paria feminista, Flora Tristán (1803-1844)

Por Sandra @sandraferrerv

En 1846 se publicaba La emancipación de la mujer, una de las obras más destacadas de Flora Tristán. Su autora había muerto dos años antes, pero había sentado las bases del feminismo moderno del siglo siguiente. Después de sufrir en su propia piel los prejuicios legales y sociales de ser mujer, hija ilegítima y esposa separada, Flora Tristán dedicó buena parte de su vida a la lucha en favor de los derechos de las mujeres; unos derechos de los que ella nunca disfrutó.
El fin de una infancia feliz

Flore Célestine Thérèse Henriette Tristán Moscoso Laisnay nació en París el 7 de abril de 1803. Su madre, Anne-Pierre Laisnay, era francesa y su padre, Mariano Tristán y Moscoso era de origen peruano. Coronel de la armada española, el padre de Flora había conocido a su esposa en Bilbao y se habían trasladado a vivir a la Francia napoleónica.
Flora tuvo una primera infancia feliz en la que no le faltó de nada. Pero cuando era una niña de 4 años, su vida cambió radicalmente. La muerte de su padre dejó a su esposa e hija en una situación económica complicada a la que se sumó una importante dificultad legal: Flora no pudo heredar de su padre, pues Mariano Tristán nunca reconoció a su hija, que tuvo que soportar toda su vida haber sido hija ilegítima.
De niña proletaria a paria

Anne-Pierre y su hija Flora vivieron unos años durísimos primero en el campo y después en el París más pobre. Flora empezó pronto a trabajar en un taller de litografía. Con tan sólo 17 años se casó por necesidad con el propietario del taller, André Chazal.
El matrimonio de conveniencia no duró demasiado. Después de traer al mundo a tres hijos, uno de los cuales no sobreviviría, Flora consiguió separarse. A pesar de conseguir alejarse de una situación insostenible de malos tratos y celos, Flora se convirtió en una auténtica paria. No sólo era hija ilegítima, sino que era una mujer separada en una Francia en la que divorcio era totalmente ilegal.
Pero Flora no logró librarse de su marido el que, en su obsesión, llegaría incluso a un intento de asesinato. Al final André se quedó con Ernest, su hijo mayor, mientras Flora quedaría al cargo de su hija pequeña Aline. Aline se convertiría pasados los años en la madre del gran pintor Paul Gaugin.
El largo camino de una desarrapada

Flora marchó de Francia y buscó una vida mejor en Perú, donde tenía parte de sus raíces y algún familiar que la podía ayudar. Pero de nuevo el desengaño se apoderó de Flora quien sólo consiguió de su tío una pensión mensual. Su condición ilegítima amparaba al hermano de su padre quien no estaba obligado a facilitarle parte de su herencia. Sus experiencias vividas en tierras americanas quedarían inmortalizadas en su obra Peregrinaciones de una paria.
De Lima Flora marchó junto a su hija Aline hasta Londres donde fue testigo de la horrible existencia que tenía la clase obrera, unas vivencias que plasmaría en Paseos en Londres. Después de su penosa estancia en tierras inglesas, volvió a su Francia natal donde se volvería a encontrar con André y sería víctima de un disparo en plena calle que, por suerte, sólo la dejó malherida. André fue condenado a 20 años de trabajos forzosos.
El inicio de la lucha

Todos aquellos años de sufrimiento y peregrinaje por medio mundo maduraron en Flora e hicieron de ella una de las luchadoras más activas del partido socialista. Su obra La Unión Obrera, publicada en 1840, ponía el acento en la necesidad de trabajar por los derechos de los trabajadores. Seis años después publicaba su Emancipación de la mujer, en la que reclamaba para las mujeres el mismo acceso a la educación que los hombres y una situación más igualitaria dentro del matrimonio.
Flora Tristán murió el 14 de noviembre de 1844 en Burdeos a la edad de 41 años. En ese momento se encontraba en plena lucha por los derechos de los obreros y de las mujeres. Pero el tifus terminó con su vida, aunque su legado permaneció gracias a sus obras. Flora Tristán sería un punto de partida importante para la lucha por los derechos femeninos en el siglo XX.
 Algunas de sus obras
Peregrinaciones de una paria, Flora Tristán
Paseos por Londres, Flora Tristán
Mi vida, Flora Tristán