Una pizarra en la cocina

Por Mamareciente
Tenemos una pizarra en la cocina. Muy chula, sí, comprada cuando aún no teníamos hijos. Entonces estaba poco menos que de adorno. Ahora no puedo vivir sin esa pizarra. Si no apunto en ella las cosas, se me olvidan. Se me olvidan las cosas hasta a mitad de camino cuando voy a hacerlas, cuando voy por el pasillo. ¿Pero qué iba a hacer yo?
El padre de los Chiquininis flipa. El otro día no sabía qué día de la semana era, y no exagero.
Se me olvidan cosas de lo más sencillito. Tengo que descongelar los filetes; o comprar mandarinas cuando salga de paseo; o hacer una llamada.
Pienso que se debe todo a la falta de sueño y a la mala vida que me dan los Chiquininis, que está pasando factura a mis neuronas. Espero que sea así y por tanto sea algo pasajero, aunque creo recordar que las neuronas son células que no se regeneran: cuando mueren, mueren, esas que quedan de menos...