Una poda tardía

Por Diasderosas
A todos nos puede pasar que una temporada, por circunstancias diversas la poda de nuestros rosales se hagan fuera del tiempo habitual... Y sin ser bueno, tampoco tiene por que ser peor.  
Por un lado, el rosal nos avisa dónde está su mayor fuerza vital con esos hermosísimos brotes llenos de promesas que cada año nos emocionan.
No obstante, creo que no siempre habrá de seguir su sugerencia ¿cuándo puede ocurrir? por ejemplo, cuándo la rama excesivamente larga y plagada de brotes se encuentra en la zona mas exterior del rosal, dado que  se hará tan tupida que entorpecerá la libre circulación del aire y el sol en toda la zona proxima a ella, con el consiguiente favorecimiento a las plagas... entre otras cosas.  
Habrá pues, que cortar, con pena si...

Por su puesto, toda rama enferma,  ramas cruzadas o mas finas que un lapiz (cuidado, hablo de ejemplares grandes) como siempre deben ir fuera si o si.

 Incluso antiguos cortes que no han curado apropiadamente...

Me parece muy importante en esta situación defoliar la planta, quitar todas las hojas viejas, las que no se arrancan con facilidad tirando, cortarlas a ras de la nueva yema,
fueron tremendas las sorpresas que me encontre... desde mancha negra ¡hasta roya!

 Insisto en que la limpieza debe ser completa, exaustiva y minuciosa,

 y por descontado, todo ese material retirarlo con mucho cuidado, dejando muy limpio tanto el rosal (cómo se enganchan y se esconden!!) como la tierra.

Una vez bien limpio todo voy a acolchar un poquito, primero meto los dientes y la azada para remover y dar respiro a una tierra bastante agotada, ¡que golosos son!

 Con la tierra bien levantada les doy esa comida que me piden a brotes ;-),  voy añadiendo montones de humus de lombriz y a continuación mantillo bien curado para mezclar antes de darles un riego bastante profundo.
Y para acabar hoy, comienzo con el tratamiento de prevención de plagas, en esta ocasión lo rocío con acite mineral, también llamado aceite insecticida, es respetuoso con el medio ambiente, y la parafina que contiene se adhiere a la rama de manera que si quedan bichitos, larvas o huevos no pueden transpirar, de tal manera que mueren, como el rosal está avanzado en sus brotes, procuro tocar lo menos posible lo mas tierno. A los quince días les aplicaré o bien azufre (a los rosales especialmente sensibles al oidio) o cobre (a los demás rosales, pero cuidado con algunos ejemplares antiguos, que a parte de no necesitarlo, les puede estropear las nuevas hojas) En el caso del cobre no puedo ser mas específica, solo la propia experiencia nos lo va diciendo las debilidades y las fortalezas de nuestros rosales, y por lo tanto, vamos sabiendo cómo actuar, no obstante, destaco que haciendo la poda en su momento (sin a penas brotes), lógicamente el rosal no se resentiría en absoluto.
  "Una rosa es una rosa es una rosa". Gertrude Stein.