En cuestión de pocos días este video ya ha superado el millón de reproducciones y la verdad, me encantan estos gestos “humanos”.
La cosa es simple, un abuelete marchoso está bailando como si fueran las fiestas del pueblo delante de un centro comercial de Sidney. Se acerca a un grupo de policías, una de ellas, en lugar de empujarle, darle con la porra o rociarle con gas pimienta (lo que estamos acostumbrados a ver últimamente) decide bailar con mucho ritmo y estilo. Genial, algo tan simple y que te haga sonreir, me encanta cuando sus compañeras en lugar de llamarle la atención sacan sus móviles para grabarles bailando jajaja.