Una presión en el pecho

Publicado el 18 octubre 2015 por Beckadankwood

Fotografía de John Westrock

Llega un día en el que te levantas y todo esta normal pero a medida que pasan las horas vas notando una pequeña presión en el pecho a la cual no das importancia y tu sigues con tu vida. Pero pasan los días y esa presión cada vez se hace mas grande, ya casi no te deja respirar y mejor ni hablemos de pensar porque no puedes quitarte de la cabeza el por qué tienes una bola en tu pecho que no deja de crecer.
En los pocos momentos que esto te deja respirar te pones a repasar en tu vida si has tenido algún momento similar para poder averiguar de donde sale esta presión. Y caes en la cuenta. La primera vez la sentiste fue aquella vez que se te rompió el discman (ese aparato desconocido para los mas jóvenes) y no podías escuchar tu música favorita. También lo sentiste aquella vez que te fuiste de vacaciones con solo un libro y te lo acabaste demasiado pronto.
Pero ahora mismo no tienes esos problemas, escuchas música a cada momento y siempre consigues sacar un ratito para leer alguna pagina. Entonces, ¿que es?
Escribir.
Crear una historia con tus manos, moldear unos personajes, darles felicidad, entretenerles, ponerles dificultades y ayudarles a superarlas. De ahí viene esa presión. 
Y en el momento en que descubres de que se trata, puedes coger una gran bocanada de aire, la presión no desaparece pero notas un cambio en ella, ahora arde y aunque sigue sin dejarte respirar fácilmente ese calor que te invade desde el pecho es gratificante.
Con una sonrisa, abres ese documento que tenias tan olvidado y comienza a fluir todo como antes y cuando te das cuenta, ya no existe ninguna presión en el pecho.