El italiano ha querido tratar de una manera sutil un tema muy recurrente por los grandes directores; el cine, y por tanto todo lo que tenga que ver con el engaño de la representación. Sin embargo, la frase clave de esta película, “siempre hay algo auténtico en una falsificación”, deja entrever que hay un punto de verdad en todo lo que se hace. Estas pocas palabras definen muy bien una historia en la que nada ni nadie es lo que parece, pero que ha servido para arrasar en 2013 en los Premios David di Donatello (equivalente a los Óscar en Italia).
La trama de este largometraje parte con el drama de un exitoso experto en arte y agente de subastas, Virgil Oldman, que a pesar de ser de sobra conocido y valorado por su trabajo, es un hombre solitario y asocial. Este prestigio le ha permitido incluso convertirse en un estirado con más de una manía, entre las que destaca el tener un armario lleno de guantes, complemento que viste siempre para evitar tocar y que le toquen. Su vida ha ido pasando poco a poco entre el enriquecedor mundo de las subastas y su pequeño gran tesoro, una sala de cuadros de mujeres que tiene escondida en su casa, colección con la que se ha ido haciendo de manera no muy legal gracias a la ayuda de su único amigo, Billy Whistler (Donald Sutherland).
Llama la atención que teniendo tantas féminas en ese cuarto, no se le ha conocido mujer alguna en su vida real, ni siquiera sabe cómo tratarlas. Sin embargo, la vida de este huraño cambia con una llamada de teléfono, en la que suena la dulce y desquiciada voz de una joven y misteriosa Claire Ibbetson (Sylvia Hoeks). La chica quiere vender una extensa colección de antigüedades que ha heredado recientemente de sus padres fallecidos y ha considerado al señor Oldman como el hombre adecuado para ayudarla. Este maduro y misógino personaje da un completo giro para vivir una historia de amor diferente, que bien puede recordar a la figura de un príncipe en las historias de Disney. El hombre debe salvar a una damisela que, en este caso, vive encerrada en una sala de su amplia casa pues sufre agorafobia (sensación de angustia o miedo ante los espacios despejados).
Oldman también cuenta con consejeros que le ayudan en el difícil camino de vivir una relación real. Tal es el caso de Robert (Jim Sturgess), un joven experto en maquinaria y apasionado por la ingeniería mecánica que trabaja en una pequeña tienda de reparaciones. Él es el encargado de asesorar al protagonista en su extraña relación con Claire. Al mismo tiempo destaca la presencia de un personaje, aparentemente sin nada que contar, Nana (Kiruna Stamell), que acaba teniendo un papel fundamental para entender el final de esta historia.
La Mejor Oferta es una película que inquieta y envuelve poco a poco, sobre todo por la que parece una relación imposible entre los dos protagonistas. El desenlace, por otro lado, es el fiel resumen a la idea que ha dado vueltas durante cada uno de los 131 minutos anteriores, la falsificación de los sentimientos en la vida real.
El gran protagonista
Giuseppe Tornatore ha querido tener a uno de los mejores para llevar a la vida a su personaje Virgil Oldman. El australiano Geofreyy Rush ha sido el encargado de meterse en la piel de este solitario hombre con el que ha vuelto a demostrar sus grandes dotes de interpretación. No hay que olvidar que Rush es uno de los pocos actores que puede presumir de haber ganado los seis premios más prestigiosos de interpretación. La película Shine le catapultó en 1996 a lo más alto del panorama internacional y le hizo ganar el Globo de Oro al mejor actor de drama, un Óscar y un BAFTA como mejor actor y el mismo galardón en los premios del Sindicato de Actores. Posteriormente repitió Globo de Oro con la miniserie Llámame Peter (2004), además de recibir su primer Emmy y el segundo Premio del Sindicato de Actores por este mismo largometraje.
El australiano sumó dos BAFTA más tras sus éxitos en Elizabeth (1998) y El Discurso del Rey (2010). Con esta última el Sindicato de Actores volvió a reconocer su trabajo al otorgarle otro premio, 12 años después de haberlo conseguido con Shakespeare Enamorado (1998). En su casillero también suma el premio Tony a mejor actor en una obra de teatro por Exit the King (2009).
En definitiva, Rush es uno de los actores más consolidados en la actualidad. Sus éxitos se extenderán, al menos, hasta 2016 gracias a su presencia ya confirmada en la quinta película de la saga de Piratas del Caribe, donde volverá a hacer del capitán Barbossa.