Una reflexión a proposito de "la noche de los lapices" y la juventud actual

Por Julianotal @mundopario

Hoy, a 35 años de la noche de los lapices, vale una reflexión, un acercamientoal estado de la cuestión sobre la situacion actual de la juventud. A pesar de estar presenciando un cambio de paradigma en el rol del Estad que incentiva la materia gris, que alienta a la juventud, necesitamos avanzar aún más no sólo ante el desfasaje económico sino también en el cultural que nos dejó estas ultimas decadas.No puede ser que la mayoría  de la juventud estén presos de espejitos de colores, que sus "ideales" estén materializados en objetos de consumo,que sigue dando vueltas alrededor de esta perversa maquinaria que relativiza todo dentro de un circulo vicioso que tiende a la insatisfaccion del ser. (hace falta alcanzar la areté, diría el Estagirita!)Está bien destinar un alto porcentaje del PBI a la educación, es importantisimo otorgar una herramienta esencial como las netbooks a todos los estudiantes,pero lo verdaderamente revolucionario está en resignificar su utilidad, construir desde lo institucional un "sujeto político", vamos el zoon politikon que manifestaba,de nuevo, Aristoteles hace 2300 años atrás. Construir un sujeto critico, que dejen de ser meros consumidores y se conviertan en ciudadanos, aquella figura esencial para la verdadera democracia justicialista que aniquiló la dictadura militar y enterró la dictadura de mercado.Tiene que haber unaprofunda revisión de contenidos y también de los responsables de transmitirlo: el cambio se realizará si hay educadores conscientes de su labor revolucionaria.En 1973, la mayoria de los estudiantes tenían como referentes al Che, a Perón, a Fidel y a Evita. Hoy la mayoría tienen como referentes a los Wachiturros y a Lio Messi.Si bien existe una gran masa critica de jovenes militantes movilizados por lo que dejó Néstor y continua Cristina, hay una importante proporción que sigue dormido en el mal uso de las redes sociales y de tribus urbanas que fomentan la estupidez mercatinera..No soy pesimista, por el contrario, existen cambios pero falta lo más dificiles: los estructurales, los que terminan por definir una época. Los cambios necesarios para que los pibes sigan afilando los lápices y puedan seguir escribiendo la historia futura.