Hace unos años, Ramiro Marquesini tuvo una idea brillante mientras bajaba en bicicleta las lomas de Montalcino, en la región vitivinícola de la Toscana. Se dio cuenta que el viaje siempre es mejor en un vehículo que te permite disfrutar el camino en contacto directo con la naturaleza. De esa vivencia surgió la empresa Slowkar, una flota de Citröens de los 70 y 80, restaurados como joyas de colección que se alquilan para recorrer los Caminos del Vino. Los nueve autos de Slowkar –entre ellos algunos Mehari- ya han transitado más de 48.000 km. En los cálculos de Ramiro este kilometraje equivale a dar dos vueltas completas a la Tierra.
Su nuevo desafío consiste en fotografiar los mejores 3cv de la empresa, en paisajes y lugares de Mendoza a los que generalmente se llega en una 4×4. Así, diez fotógrafos, entre ellos Gustavo Sabez –fotógrafo de inmendoza.com-, están tomando las imágenes que integrarán un libro, en una edición muy cuidada, bajo la premisa de “libro como expresión cultural del arte”, según palabras del propio Ramiro. La joyita gráfica estará lista para la próxima primavera. Una edición limitada de 500 ejemplares mostrará la aventura a bordo de un Citroën. Como la idea es que se vean los paisajes de Mendoza de una manera indirecta, los autos franceses ya subieron a la Laguna del Diamante y en breve treparán al Cristo Redentor y las dunas de arena de los Altos Limpios en Lavalle. Otra de las escenas programadas incluye saltos hípicos, es decir caballos volando por encima de un Citroën.
Los “coches rana”, denominados así por su faroles saltones como los ojos de una rana y sus techos curvos, fueron diseñados en 1934 para que los agricultores pudieran llevar sus productos por los caminos de tierra de la campiña francesa. Para el revival de sus Citroëns, Ramiro eligió un estilo Charleston, en la combinación de los colores de cada auto y en los tapizados de su interior.
“Apuntamos a un turismo sofisticado, a gente que se siente en sintonía con la propuesta de llegar al aeropuerto y que te espere un Citröen, cuyo único confort es un GPS y una canasta para pic-nic”, detalla Ramiro, y agrega que “la gracia de recorrer los Caminos del Vino a bordo de un auto lento -al que inclusive le podés abrir el techo-, consiste en ser parte del paisaje. Es decir si hace frío, vas con un poco de frío y si hace calor, sentís también la temperatura, y por supuesto, los aromas de la naturaleza que van cambiando a lo largo de la ruta”.
“Vivir, consiste en interactuar con otras personas y si llegás a una bodega en Citröen, seguro que generás cierto revuelo, esto ya predispone a la interacción ”, asegura Marquesini. “Con todos nuestros clientes hemos entablado una buena amistad, estamos en sintonía. Por otra parte hay bodegas y lugares muy especiales como Primula, la cantina ferroviaria, que hacen descuentos a quienes llegan en nuestros autos”.
Entre los fans que siguen de cerca al club Citroën, están Micaela Breque (novia de Andrés Calamaro), el diseñador de ropa Carlos Di Domenico y los Spring Box. Todos ellos ya recorrieron Mendoza al ritmo corcoveante del 3cv.
La presentación del libro, que probablemente se llame “Una vuelta a Mendoza en 80 fotos”, tendrá un gran despliegue y se hará con una muestra impactante de las imágenes que integran la edición, exhibidas en gran formato.