Una reunión lejos del ladrillo te da poderes mágicos!!!

Por Mamá Golondrina Yolanda Fortes @MamaGolondrina

Esta semana estuve reunida en Santiago de Compostela, con motivo de los planes formativos para mujeres del ámbito rural y, la verdad, que el sitio que descubrí, fue inspirador.

Reflexionando sobre la nueva formación, sobre un nuevo enfoque educativo y laboral, con las hojas del otoño bajo mis pies, mi cabeza daba vueltas a las ideas, a las conversaciones que me acompañan desde hace meses, a las palabras, EMPRENDIMIENTO,  LIDERAZGO, ACTITUD…

En ese momento dí marcha atrás un par de pasos para sacar la foto y ahí seguía en mi mente esa sensación de tradición, de patriarcado. Esa sensación la pensar en la palabra liderazgo y ver la imagen de un hombre con traje y corbata en tonos oscuros, levantando la mano con firmeza y acompañando el gesto con una actitud dominante, posesiva y controladora.

Ahí, en ese justo momento, un escalofrío me recorrió el cuerpo. En segundos, cientos de noticias y palabras escuchadas estos días (con motivo de la celebración el 25N, Día contra la Violencia de Género) se agolparon en mi mente y todo se cubrió de color gris. No era capaz de eliminar de mi mente cientos de manos alzadas dominantes, tanto en el ámbito laboral como familiar y social, tantos años de sumisión personal y profesional.

Y por fin entendí que eso no es liderazgo empresarial, ni liderazgo familiar, ni liderazgo social, ni liderazgo de ningún tipo. Lo que hemos vivido hasta ahora, es agresividad en estado puro, nacida en el seno de una historia social y cultural que basó sus cimientos en la sumisión, en el control y en la lucha de poderes.

Justo en ese momento, una ola de aire frío me hizo volver a la realidad . Se acercaba la hora de la reunión.

Caminando a paso constante, mi mente volvió a revolucionarse: El liderazgo que nos permitirá abrir los ojos para dejar atrás todo lo dicho, como mujeres, como hombres, como parte activa de la sociedad y como parte del desarrollo de nuestro entorno, es el LIDERAZGO NATURAL.

De repente, entendí que, todas mis reflexiones, ideas y sensaciones no hubiesen sido posibles si esta reunión la concertáramos en una oficina. Entre ladrillos, metales, cables de conexiones, mesas de plástico y metal que imita madera y grandes ventanales que intentan dejar pasar la luz natural.

Y, ¿porqué hago referencia a un liderazgo NATURAL?

Primero, por el entorno que me ha permitido unos minutos de energía pura para mis ojos, mis oídos y mi respiración. Fuera de lo tradicional, lejos del cemento, del metal y de la hipocresía empresarial.

Lo segundo, porque como mujeres tenemos que empezar a asumir nuestros propios roles, dejando atrás la exigencia de una igualdad imposible. No somos hombres, por lo tanto, no podemos exigir una igualdad sino una equidad y una complementariedad que nos permita ir a la par, y no unos detrás de otros.

Como mujeres tenemos que dejar de exigir con palabrería para empezar a hacer:

.- Exigimos cambios en las empresas bajo el miedo de: “hasta que no me lo den, yo no hago nada”.

.- Exigimos cambios en nuestras parejas cuando nosotras mismas no entendemos bien nuestros roles.

.- Exigimos equilibrio e igualdad cuando no queremos delegar funciones maternales ni familiares en nuestro entorno.

.- Exigimos conciliación inmediata cuando desconocemos que no es lo mismo conciliar con un recién nacido que con un adolescente.

Hasta que no conozcamos bien cuál es nuestra naturaleza, jamás lograremos hacer realidad ninguna política de igualdad y/o conciliación. De ahí que sea tan necesario un LIDERAZGO NATURAL.

Un liderazgo que empiece dentro de nosotras mismas para luego aportar toda nuestra esencia a nuestros niños y familias, a nuestras empresas y a nuestra sociedad.