La acción de Una revelación brutal, como la de Naturaleza muerta (primera de la serie, La Factoría de Ideas, 2009) trascurre en Three Pines, un bucólico pueblo canadiense que no figura en ningún mapa, a tres kilómetros de la frontera con EEUU. Es un mundo en miniatura rodeado de bosques y montañas donde todos se conocen y donde viven algunos artistas y bohemios. En este lugar pacífico y acogedor aparece un hombre asesinado al que nadie parece conocer.
Penny es lenta y detallista para desarrollar sus tramas, escribe para todos los públicos y gusta del toque sobrenatural-mítico (el Mal, las Fuerzas, el Caos, y cosas así). Construye bien el personaje de Gamache, el investigador principal, pieza clave de este tipo de novela: es un policía refinado que sabe observar y escuchar, es paciente, consigue con facilidad una buena relación con los demás, lidera bien a su equipo. Lee poesía.
Hay toques de humor, interés en destacar la psicología de los personajes y ningún componente de violencia ni sexo. El estilo es delicado e insinuante, más moroso de lo que suele requerir el lector de este tipo de ficciones. Hay cierta originalidad (aunque es inevitable pensar en Twin Peaks) en ambientar el crimen en un lugar tan seguro en apariencia.
El paraguas de “novela negra” es amplio y generoso, acoge libros de muchos tipos y facilita lectores sin mucha dificultad. Todas las editoriales se apresuran a hacerse con algunos autores. Penny es una escritora más que se suma a la legión de productores de ficciones criminales que inundad nuestros escaparates. Perfil medio: correcto, no apasionante, sin elementos desagradables y con un sentido de tensión aceptable.