Un pavo. Un chaval de catorce años "espía" por la ventana a una familia. De repente, lleno de odio, tira con todas sus fuerzas un pavo de seis kilos. La cena atraviesa "volando" el cristal e interrumpe la tradicional escena navideña. ¿Por qué reacciona así el muchacho? El hombre que felizmente celebra las fiestas con otros es su padre, el mismo que lo abandonó a él y a su madre hace tiempo.
Ahora por esa travesura está en la comisaria del distrito esperando a que alguien venga a por él. La nieve dificulta el tráfico por lo que su madre tardará en llegar. El oficial al mando, Raphie o Rei-fii como prefieras llamarlo, está consternado por algo que ha sucedido esa misma mañana . Necesita desahogarse y cree que la historia le puede servir a otra persona. Así pues, se la cuenta al joven.
Su vida familiar nunca le ha importado mucho: es infiel a su mujer, no le presta atención a sus hijos, visitar a sus padres lo considera una obligación, trata de ligar con su cuñada y para rematar piensa que su hermana es una cansina.
Unos zapatos. Por otra parte, tenemos a un vagabundo que se sienta cerca de la entrada de la empresa de Lou. Un día, el hombre-ocupado-sin-tiempo-para-nada le invita a un café y al poco, movido por una fuerza extraña, lo coloca en la empresa.
Sin embargo, con el pasar de los días, Lou sentirá celos de Gabe pues teme que le quite el "ascenso" que está esperando. El misterioso hombre sabe demasiado sobre su vida y siempre tiene una respuesta para todo, además incomoda a Lou con sus raras preguntas.
Lo cierto es que Gabe no quiere su trabajo. Su misión es otra bien distinta: abrirle los ojos a Lou para que vea la gran familia que tiene. En definitiva, le enseñará a valorar los pequeños detalles.
El tiempo. Lo que nos trae Ahern en esta obra es una preciosa historia sobre el amor y el tiempo, ese bien tan preciado. Es un libro positivo, con una valiosa moraleja, aunque triste. Me emocioné cuando llegué a sus últimas páginas.
La portada es bonita. Es sencilla pero me llamó mucho la atención desde que la vi en los estantes de la librería. La combinación de colores es perfecta. Muy alegre, sin duda.
La obra se divide en veintinueve capítulos. La gran mayoría de ellos nos hablan de Lou y se alternan con los que protagonizan el chico y el oficial, nuestro narrador.
Además de los ingredientes mencionados, también tiene una chispa de intriga pues Jessica, otra policía se muestra muy afectada por la historia, tanto que uno piensa que hay algo más detrás. No es la única, el oficial también parece esconder algo.
En resumidas cuentas, es una novela ideal para leer entre mantas y cojines un día de lluvia o rodeada de mantecados una tarde de Navidad. Bonitas letras las de Cecelia Ahern. ¡Y yo sin "probarlas" hasta ahora! Que os vaya bien devorador@s.
Agradecimientos Planeta Internacional