Título original : La classe de neige
Año de publicación : 1995
Título en portugués : Férias na neve
Año de esta publicación : 1998
Editora : Rocco
Traducción : Carlos Nougué
Este es el quinto libro publicado por el escritor y cineasta francés Emmanuel Carrère (Paris, 1957), pero el segundo traducido al portugués para el mercado brasileño. Hace poco la editorial Alfaguara Brasil, dueña actual de los derechos de sus obras, reeditó “El bigote” y la presente obra –bajo otro título: “A colônia de férias”- en un único libro, lo que refleja el interés que hay por aquí por las obras de este autor. Él estuvo a mediados del año pasado para la FLIP (Festa Literária Internacional de Paraty), la famosa y concurrida Feria del Libro en Rio de janeiro.
Estructurada en 31 pequeños capítulos esta historia está llena de misterio y suspenso que Carrère sabe controlar hasta los capítulos finales. El capítulo 26 es una prolepsis en su totalidad, dejándote dar un vistazo a cómo están los personajes veinte años después, lo que te da una idea de lo que está por venir en el capítulo 27 –regresando al presente- y en adelante.
Nicolás es un niño tímido y abstraído, “el punto”, “la lorna”, “el ganso” del grupo en su escuela, y para colmo en casa tiene por padres a un papá -vendedor y representante de material quirúrgico y de prótesis- despreocupado, hostil, y una madre triste y desanimada con la vida; como reflejo de vivir en ese ambiente, nuestro personaje principal suele mearse en la cama.
En un paseo del grupo escolar a las montañas para esquiar, el padre de Nicolás se impondrá a los profesores y conseguirá ser él quien lo lleve en su carro hasta el destino final, negándose a que su hijo vaya junto al grupo en el ómnibus escolar. Este hecho hará que olvide su mochila con ropa y pertenencias para una semana en la maletera del auto del padre, lo que lo unirá de cierta manera a Hodkann, el compañero más grande y abusivo del grupo, quien dictamina a quién joder y a quién no, pues será él quien le preste algo de ropa para dormir y será con él con quien divida camarote.
Durante aquella semana sucederá el asesinato de un niño en los alrededores de la casa donde el grupo está alojado. Nicolás vio a lo lejos un auto y compartirá con Hodkann, en los escasos momentos en que se ven, lo que su padre siempre le contaba, asustándolo a manera de prevención: evitar el hablar con extraños pues hay gente agarrando niños en una camioneta y operándolos en el acto; el robar los sanos órganos de jóvenes y niños es un negocio muy lucrativo. Nicolás y Hodkann cultivan esta información como una secreta enfermedad que podría ser mortal.
Nicolás es un nefelibata y constantemente para inventándose situaciones, muchas de ellas extremas, en donde él es el principal perjudicado, obteniendo cariño y comprensión por las otras personas de sus oscuros sueños.
Los hechos aparentemente sin importancia son los que ganarán destaque al final de la historia, dando un giro totalmente inesperado. Novela con fuertes ribetes psicológicos pero sobre todo con esa maestría en contar historias, característica presentada ya en “El bigote”, que despierta la curiosidad por querer leer más de este autor francés, quien en noviembre pasado se hizo del “Premio Renaudot” por su última novela –biografía novelada- “Limonov”. En orden cronológico -de lo que hay traducido- te voy siguiendo Carrère. Me declaro tu hincha.