Un periodo de descanso, nueve días en Lisboa. Un curso intensivísimo, de esos de levantarse a las 6 de la mañana... aún así, lo considero descanso. Pues cansarse es estar oyendo a babosos que creen que saben algo que no saben. Oír hablar a grandes profesionales que saben de lo que hablan y, además, son simpáticos, es descanso.Pernoctar en mi hogar, no en una casa. Pasear por el parque lleno de libros, gastando sin control. No haber pisado, en 10 días, el Chiado. Comer, en buenas compañías, viandas, pescados y dulces. Haber bebido douros y alentejos.Reencontrar amigos y conocidos. No saludar a enemigos. Recibir grandes propuestas. Todo se refleja en la cita que encabeza siempre el blog, en la luz que despide la fotografía arriba y en el siguiente post musical.Todo, todo ello, me devuelve a Madrid reconfortado. Y triste por dejar lo que hoy dejo.Lo más importante se queda en el tintero.
Un periodo de descanso, nueve días en Lisboa. Un curso intensivísimo, de esos de levantarse a las 6 de la mañana... aún así, lo considero descanso. Pues cansarse es estar oyendo a babosos que creen que saben algo que no saben. Oír hablar a grandes profesionales que saben de lo que hablan y, además, son simpáticos, es descanso.Pernoctar en mi hogar, no en una casa. Pasear por el parque lleno de libros, gastando sin control. No haber pisado, en 10 días, el Chiado. Comer, en buenas compañías, viandas, pescados y dulces. Haber bebido douros y alentejos.Reencontrar amigos y conocidos. No saludar a enemigos. Recibir grandes propuestas. Todo se refleja en la cita que encabeza siempre el blog, en la luz que despide la fotografía arriba y en el siguiente post musical.Todo, todo ello, me devuelve a Madrid reconfortado. Y triste por dejar lo que hoy dejo.Lo más importante se queda en el tintero.