Ir desde Tsukuba hasta Mito en transporte público nos costaba ida y vuelta más de 2000 yenes así que como éramos cinco decidimos alquilar un coche para ahorrarnos dinero, apenas eran 60 km de distancia. Juas, maldita la hora que decidimos hacer esto, ya que al final nos acabó saliendo mucho más caro. Alquilamos un coche y yo me puse al volante con mi licencia de conductor internacional.
Llegamos a Mito y una vez allí fue fácil encontrar la Oficina de Inmigración. Estaba junto al canal, estuvimos dando una vuelta para encontrar un parking donde dejar el coche pero no había nada cerca. Es importante remarcar que en Japón por lo general no existen plazas públicas de aparcamiento y vayas donde vayas hay que aparcar el coche en el parking asignado (por ejemplo, el de un restaurante o una tienda) o sino en un parking privado. Sólo he llegado a ver algunas plazas públicas de aparcamiento en barrios como Ginza, en Tokio, y funcionan con parquímetro. El caso es que después de dar una vuelta vimos que en frente de la oficina había ya varios coches aparcados junto a la pared. La calle era bastante ancha y poco transitada por lo que los coches no molestaban en absoluto. Supuse que el trámite de obtener el permiso sería rápido así que aparqué el coche allí y entré en la Oficina de Inmigración. A los 10 minutos salí a controlar el coche y entonces me pregunta una señora si he aparcado el coche afuera. Salgo preocupado y me encuentro con un papel pegado en el cristal delantero.
No hacía falta saber japonés para adivinar que efectivamente se trataba de una multa de aparcamiento indebido. Al parecer, desde las 12:59 hasta la 1:04 había estado allí un señor esperando. Ni 10 minutos que había pasado dentro y justo me habían puesto una multa, pienso, qué mala suerte que he tenido.
Por entonces no sabía que las multas en Japón las puede poner tato, no tiene por qué ser necesariamente un policía; está privatizado para entre otras cosas liberar de esta carga a los policías.
Para lo que sí hacía falta saber japonés era para adivinar qué demonios había que hacer con la multa. Pregunté a una compañera que se maneja bien con los kanjis y me dijo que en la pegatina no se detallaban instrucciones sobre qué hacer con el papel. Yo en ese momento supuse equivocadamente que la multa llegaría a la agencia de alquiler y que al devolver el coche podría comentarlo por si tuviera que pagar algo; en tal caso me imaginé que no sería mucho dinero pues aunque el coche estaba aparcado donde no debía para nada entorpecía el tráfico en la calle. Así pues no me preocupé mucho y ya esperé a que terminara el trámite en Inmigración y pudiéramos volver a Tsukuba para devolver el coche.
Error monumental. Una de las cosas que deberían meter en la cabeza a los occidentales que llegan a Japón es que no se debe pensar, no se debe aplicar la lógica porque en Japón las cosas funcionan de un modo diferente. Hagas lo que hagas hay que tener siempre presentes las normas y en este caso caí en el error de no informarme antes de cómo actuar cuando recibes una multa de aparcamiento en este país.
El procedimiento obligatorio es que hay que llevar el papel a la comisaría más cercana al lugar de la infracción y una vez allí obtener la multa. Pero claro, explicar este procedimiento obligatorio en el papel está de más por lo que parece...
De camino a Tsukuba me llaman de la agencia de alquiler, ya se han enterado de que me han puesto una multa. (Joder, qué rápidos son aquí). Les digo que voy de camino a devolver el coche. Llego sobre las 18h. Cuando llego les enseño el papel amarillo y entonces me dicen que tenía que haber llevado el papel a la comisaría de Mito para recoger la multa allí. Entonces me enseñan un cartel en inglés que ya podían haber impreso con el resto de la documentación que me entregaron al alquilar el coche en el que explica que si tramito la multa de aparcamiento en el lugar de la infracción son ¥15.000 (135€) y que si devuelvo el coche sin hacer el trámite tengo que pagar ¥25.000 (225€) a la empresa de alquiler. Les pregunto si puedo acercarme a la comisaría de Tsukuba a pagar la multa ya que todavía son las 18h de la tarde y me dicen que no, que sólo se puede pagar en Mito. No completar el trámite de la multa y hacer frente a la penalización implica que la agencia informe a la Policía, a la Comisión de Seguridad Pública y a la asociación Rent-a-Car, de forma que en el futuro todas las agencias de Japón me negarían el alquiler de un vehículo.
No es posible que en Japón sean tan estúpidamente cuadriculados, esto es ridículo, ¡si estamos dentro de la misma prefectura!
Les dije que por ahorrarme 90€ por supuesto que me iba de vuelta a Mito a pagar la multa, 60 km, 45 minutos en coche. Llego entonces a la comisaría de Mito y le entrego la pegatina amarilla al agente. Me pide el Alien ID, ok. Me pide el permiso de conducir, ok. Me pide el pasaporte, ¿qué?. No lo llevo encima señor agente, con llevar el Alien ID y el permiso de conducir internacional creo que voy suficientemente documentado por la vida. Entonces me dice que sin pasaporte no puede tramitar la multa.
Por entonces no sabía que aunque el permiso de conducir tenga una duración de un año y se pueda renovar tras la fecha de caducidad sólo se puede conducir con permiso internacional en Japón durante un año seguido, algo que se necesita comprobar con los sellos de entrada y salida del país en el pasaporte. La trampa es que para renovar un permiso de conducir internacional es necesario pasar al menos 3 meses fuera de Japón. En caso de renovar este permiso y sobrepasar el año de conducción seguido en Japón se estaría cometiendo la grave infracción de conducir sin permiso válido, lo cual supondría un agravante a la infracción por aparcamiento indebido. He leído historias escalofriantes de extranjeros que han sufrido un accidente por causa de otro conductor japonés pero que han sido penalizados por la circunstancia de renovar el permiso de conducir internacional sin pasar los 3 meses requeridos fuera del país. En un país como Japón no conocer las normas no exime de su cumplimiento y se carga con todas las consecuencias.
Bueno, como iba contando, al no tener pasaporte el agente no podía comprobar si mi permiso internacional era válido y no me podía expedir la multa. En ese momento sufrí una crisis de ansiedad, igualmente podía haber montado el pollo madre en la comisaría como podía quedarme petrificado y sin habla. ¿Significaba aquello que había vuelto hasta Mito para nada? ¿Tendría que regresar a Tsukuba una vez más para coger mi pasaporte? Afortunadamente mi inconsciente optó por que me quedara petrificado delante del policía; este me preguntó si me encontraba bien y le dije que no porque había venido desde Tsukuba sólo y exclusivamente para pagar la multa. Entonces va y me suelta, ¡pero si la podías haber pagado en la comisaría de Tsukuba, está dentro de la misma prefectura!. Mi indignación se tornó en ira, en ira hacia el estúpido empleado de la empresa de alquiler. Le di las gracias al policía y agarré el coche de regreso a Tsukuba. Eran las 21h y por el camino de vuelta sólo pensaba en mandarlo todo a tomar por culo y estampar el coche contra la agencia de alquiler con la puta pegatina pegada en el parabrisas.
Después de 45 minutos conduciendo se me bajaron las iras y me concentré en hacer las cosas bien: ir a casa a por el pasaporte y a continuación a la comisaría de Tsukuba, con un poco de suerte algún agente estaría de turno y podría expedirme la multa.
Después de una inesperada cadena de desgracias la suerte me sonrió, en la comisaría de Tsukuba había un agente de guardia que podía expedirme la multa. Me pidió el permiso de conducir internacional y el pasaporte y me dijo que esperara. Pasaron 5 minutos, 10 minutos, 15 minutos, media hora... me levanto y veo que el agente al que había entregado los documentos había movilizado al resto de agentes de guardia para conseguir descifrar el carnet de conducir, que por supuesto incluía todos los idiomas menos el japonés. Agentes llamando por teléfono vete a saber dónde, agentes intentando traducir el carnet palabra por palabra, agentes imprimiendo faxes con el modelo español del permiso de conducir internacional, agentes comprobando mi pasaporte y elaborando un historial de viajes con todos los sellos de inmigración de los países de Asia que he visitado, ¡impresionante la que había liado! Pero bueno, Japón es un país donde apenas hay criminalidad así que las comisarías no suelen andar muy saturadas de trabajo. :P
Al cabo de 45 minutos el amable policía me entregó el permiso de conducir y el pasaporte y me dijo que todo estaba en orden. Suspiros de alivio. Por fin puedo tener mi multa de aparcamiento, bravo. Ya podía proceder al pago de 15.000 yenes (135€). ¿Qué había supuesto ahorrarse 90€ en el pago de la multa? Más de 4 horas de mi vida perdidas, 120 km recorridos en coche a lo tonto y una pequeña crisis de ansiedad, nimiedades. La enorme gentileza con la que fui atendido por el policía japonés hacía menos doloroso soltar los ¥15.000, casi un placer.
Con el cheque que me dieron en la comisaría fui al día siguiente al banco y pagué los ¥15.000, de no hacerlo antes de la fecha indicada me expondría a que me llevaran a juicio.
A continuación fui a la agencia de alquiler a devolver el coche. Había estado imaginando ese momento toda la noche. ¡Ahí sí que monté el pollo madre! Les dije que ahí tenían su maldita multa ya tramitada y pagada y que por su inutilidad me había visto obligado a hacer el viaje de ida y vuelta a Mito para nada, pues podía haber pagado la multa en cualquier comisaría de Ibaraki, incluída la de Tsukuba (la comisaría está a 4 minutos andando de la agencia de alquiler). La gasolina por tanto la iba a pagar su abuela. Comprendieron mi enfado y me pidieron disculpas por la pérdida de tiempo ocasionada y sentían no haber sabido que la multa podía ser gestionada en toda la prefectura.
Ahora comparemos la situación con otras experiencias que he tenido, lo que podría denominar
Las incomodidades de vivir en un país desarrollado.
Cuando vivía en Vietnam una vez me pusieron una multa por conducir con la moto en el carril de los coches, una práctica que sigue casi la totalidad de la población pero que está contemplada en las normas de circulación. Un policía me paró y me pidió la documentación, que no llevaba encima, ni carnet de conducir ni papeles del seguro. Le lloré un poco al policía y le expliqué que trabajaba en Vietnam y que me habían alquilado la moto sin papeles y que no llevaba conmigo en ese momento el carnet de conducir; también que no sabía que circular por el carril derecho en moto estaba prohibido y que yo hacía lo que todo el mundo.
En esa situación de incumplimiento de las normas de tráfico, del desconocimiento de las mismas y del desconocimiento de la obligación de llevar la documentación en regla el policía me dijo que esa vez no había problema, que la multa era sólo de 50.000 VND (2€) por conducir en el carril equivocado. Todo se solucionó en 5 minutos. Nunca he conocido a ningún expatriado en Vietnam que tuviera serios problemas por cometer una infracción de tráfico leve, si acaso en vísperas del Festival del Têt los policías paran a más gente de lo habitual por cometer pequeñas infracciones esperando que algún soborno se cuele en sus bolsillos.
Estoy seguro de que en la misma situación en Japón se me habría caído el pelo y hubiera cargado con todas las consecuencias de la infracción y del agravante de no llevar la documentación en regla. Pero segurísimo. Ni ser extranjero, ni llorar, ni mucho menos sobornar; el desconocimiento no exime de la responsabilidad y punto. Tan seguro como que el policía de Mito no quiso expedirme la multa por no llevar el pasaporte encima a pesar de que la fecha de caducidad de mi permiso internacional era válida y acababa de recorrerme 60 km expresamente para tramitar la multa.
No es que esté defendiendo el sistema permisivo y en ocasiones corrupto de los países del Sudeste Asiático pero hay que reconocer que no hace falta preocuparse demasiado por cumplir las normas de tráfico, en cambio en Japón hay que tener un extremo cuidado cuando se conduce un vehículo, no sólo por respetar esas normas (cuya infracción puede acarrear una multa considerablemente elevada) sino por tener en cuenta esos pequeños detalles como el plazo de 3 meses para renovar el permiso de conducir internacional si uno no quiere terminar metiéndose en un lío más gordo.
La verdad es que después de esta experiencia se me han quitado las ganas de volver a alquilar ningún coche en Japón, por lo menos hasta que me convalide el permiso de conducir español por el japonés. Paso de tener que ir siempre con el pasaporte encima para que en caso de percance los agentes puedan comprobar si mi permiso internacional es legal.
Me gusta postear historias que puedan terminar en debate, ¿qué opináis vosotros? ¿Pensabais que alquilar un coche en Japón sería menos problemático? ¿Alquilaríais un coche en Japón sabiendo ahora que hay que tener tanto cuidado o preferirías viajar en transporte público y no tener que preocuparos? Hay que reconocer que para viajes en grupo el coche viene bien por el precio, a Nikko y a Kamakura fui en coche y el ahorro fue considerable.